Queremos dedicar unas cuantas entradas a pasear por la ciudad de Soria contemplando sus monumentos, y con quién mejor hacerlo que con D. Ángel Almazán de Gracia.
Soriano de pro, escritor y periodista, Almazán es posiblemente una de las más significativas autoridades en lo referente al estudio del templarismo en la actualidad, como así mismo de la historiografía medieval soriana . Ha escrito más de una veintena de libros, dirige la editorial Sotabur,  y es el responsable de algunos de mis mejores ratos enfrascado entre los interesantísimos artículos y noticias publicadas en el magazine digital SORIA Y MAS”.
LA CONCATEDRAL.
San Pedro tuvo la categoría de colegiata (con su cabildo canónigos de regla agustina) desde 1152 hasta el s. XX en que pasó a ser concatedral. Su claustro románico es una auténtica joya.



Del templo románico no queda nada tras un hundimiento que sufrió y la nueva construcción gótica, a excepción de tres alas del claustro, utilizadas por los canónigos hasta su secularización en 1437, y algunos restos románicos menores en el muro medional del crucero y en la capilla de San Saturio.
El claustro ocupa una planta cuadrada de 30 metros de lado con tres grupos de cinco arcadas sobre plintos baquetonadas en cada panda y con columnas pareadas.
La galería más erosionada por el agua es la de poniente. Para Gaya Nuño estamos ante el claustro «más bello de España, por la elegancia de las proporciones, la esbeltez de las arquerías y lo nuevo de la decoración», y en él se advierten influencias silenses, islámicas y mesopotámicas. «Abundan en España los claustros románicos -añade Gaya Nuño-, pero acaso sea éste el de más sutil y ponderada factura. En escultura sólo le vence el de Silos; pero su esbeltez de arquerías, la finura de sus elementos decorativos, como el trasdós de los arcos; los canecillos y capiteles, la galana compostura de sus pilares hacen de él un ejemplar inestimable, cuyas semejanzas con coetáneos son mayores den la disposición y estructura que en la decoración».
En los muros del norte y sur abundan las marcas de cantería e inscripciones epigráficas.
Asimismo cabe reseñar el ventanal y óculo polibulado de la antigua sala capitular (capilla de S. Saturio desde el s. XV), el cercano sepulcro polibulado igualmente, así como la portada del archivo.Otros elementos románicos pueden verse en el Museo de la concatedral.

NUESTRA SEÑORA DE LA MAYOR.
Nuestra Señora de La Mayor se encuentra en la Plaza Mayor y durante el siglo XVI estuvo a punto de convertirse en colegiata cuando dejó de llamarse por su antigua advocación de San Gil hacia 1543.



Tal pretensión por parte del Concejo de Soria aún persistía en 1580 cuando ya estaba reconstruida la colegiata gótica de San Pedro.
Los corregidores de la ciudad, tras construirse el nuevo consistorio en 1525, tenían el rango de primeros parroquianos de La Mayor. Y quizás de esta época provenga la curiosa costumbre que tiene lugar en el Lunes de Bailas en el que la Virgen de la Mayor se pone de espaldas a la Virgen de la Blanca. Y en la torre de La Mayor se colocaría en 1509 el reloj municipal.
En la campana grande figura el escudo más antiguo que se conoce de la ciudad de Soria.
De la primitiva iglesia románica de la segunda mitad del siglo XII, que se mantuvo hasta el s. XVI prácticamente intacta, subsiste la actual puerta de acceso, su torre (aunque muy reformada), un absidiolo en el lado derecho, parte de la caja de muros y un sepulcro con celosía mudéjar. Su planta original era de tres naves.
La portada, que estaba en el muro norte, se trasladó al lugar que ocupa ahora en 1959, y en sus capiteles aparecen motivos poco habituales en la provincia, aunque están bastante deteriorados. Entre ellos hay uno de cestería de trenzado doble, iconología.

Idea original , textos e imágenes  publicados con anterioridad  en   http://www.soriaymas.com/