Por D.Ángel Almazán de Gracia.

San Salvador.
Fue sede de la Orden de Calatrava. Poco queda de su etapa románica pues el gótico dejó su huella, y, en el siglo XX, se demolió parte del templo para edificar un mamotreto «modernista».
Según recoge frey Rades de Andrada, el nieto del repoblador y alcaide de Soria, Fortún López, fundó la iglesia de San Salvador y, al entrar en la Orden de Calatrava, la donó al maestre Fernando Escaza (1169-1208), siendo encomienda calatrava hasta 1322 en que pasó seguramente a ser parroquia.
La cofradía de los Florines tuvo allí su sede y, en 1485, el escribano Gil Blázquez fundó un hospital anejo al templo.
En 1967 fue demolida casi en su totalidad, respetando únicamente el ábside románico y las dos capillas góticas inmediatas.En su lugar se construyó una iglesia de hormigón de controvertida estética. Un dibujo a plumilla de Sanz del Poyo, realizado en 1960, muestra como era su fachada sur, con la torre en el ángulo noroeste.
El derribo de la casa parroquial en 1992 puso al descubierto la fábrica exterior del hemiciclo absidal, realizado en mampostería con algo de sillarejo.
A sus pies se exhumaron poco despues dos tumbas, una de ellas de lajas de finales del s. XII o comienzos del XIII y la otra del s. XV. Hay una ventanilla con arquillo de medio punto, moldura sogueada y cinta perlada en este ábside, así como unos pocos canecillos rústicos y ajedrezado en la cornisa.
En cambio la labra de los capiteles del arco de triunfo y del interior del ábside, con iconología vegetal y animal, es de muy buena calidad y revelan una mano distinta canteril.
San Nicolás.
La iglesia de San Nicolás comenzó a desmoronarse en los últimos veinte años del s. XIX, aunque ya en 1577 fue derribada la capilla norte. Lo mejor de su iconología está en diversos lugares de Soria
En 1908 se trasladó su portada norte a la de San Juan de Rabanera, donde se adosó a su fachada oeste, sirviendo a partir de entonces de puerta de acceso.
Asimismo, el retablo mayor se trasladó a la Iglesia de San Francisco, pasando su imagen central y un tríptico flamenco a la concatedral, y otro retablo e imagen de San Nicolás sed llevaron a El Espino. La demolición de los muros norte y oeste se efectuó en 1933, poniéndose al descubierto la cripta.
Por otro lado, durante otro desescombro de 1935 apareció el frontal del altar románico que puede verse en la concatedral.
Además, en una consolidación de 1977 se descubrieron las pinturas murales góticas del martirio de Sto Tomás de Canterbury.
Lo que queda en pie es bien poco: muro sur de la nave con parte de su pórtico, zona baja de la torre y un buen lienzo del ábside, así como la cripta.
Su planta era de cruz latina, como San Juan de Rabanera, con la que guarda algunas relaciones, como puede verse observando ambos ábsides.
Un fragmento del tímpano, conservado en el Museo Numantino, testimonia epigráficamente un eclipse de sol acaecido el 3 de junio de 1239.
En los poco capiteles que restan hay, en algunos, decoración vegetal y del bestiario, así como un par de centauros sagitarios. La iglesia debió comenzarse a construir en la horquilla de los siglos XII al XIII. El pregón de los carnavales se efectúa en estas ruinas.
Idea original , textos e imágenes  publicados con anterioridad  en