Por D.Ángel Almazán de Gracia.

San Polo.
La iglesia de San Polo se encuentra fuera de la ciudad de Soria, al otro lado del Río Duero, en el inicio de un paseo poetizado por Machado que concluye en la ermita barroca de San Saturio.
Según Martel (1590) y otros historiadores antiguos San Polo fue convento templario, trdición que aceptan diversos autores contemporáneos que han estudiado su arquitectura.

Para M.A. Garcés la Orden del Temple se asentaría en este enclave a caballo entre los siglos XII-XIII, que encontró una ermita de la primera mitad del s. XII «a la que deben pertenecer la parte más antigua del conjunto, el claustro y los locales que han desaparecido» (del claustro solo se conserva un lienzo al norte con una puerta de arco de medio punto, y otro muro al oeste pedado al río Duero).
La nave la construirían nada más instalarse, mientras que el testero con su óculo y bóveda de crucería gótica sería lo último en construirse en el primer tercio del s. XIII.
Gaya Nuño destacó la singularidad del uso del ladrillo en la bóveda de crucería: «es uno de los elementos más difíciles y raros del románico mudéjar de ladrillo», aseveró.
Igualmente encontró inusual el largo ábside rectangular, poco frecuente en la provincia soriana, aunque es habitual en templos franceses templarios y sanjuanistas. Existe además un ligero desvío de tres grados al norte del eje de la nave con el ábside.
El singular pasadizo en el centro del edificio se realizó entre 1586-1590 al rehabilitar o crear un camino directo hacia San Saturio por esta margen izquierda del Duero. Se aprovechó para ello la simetría existente entre dos puertas de arcos apuntados. Los canecillos actuales y algunas ventanas son del s. XX.
San Juan de Rabanera.
La iglesia se encuentra cerca de la Diputación y en el inicio de la calle Caballeros, donde subsisten las fachadas de algunas casas nobiliarias, en la antigua colación medieval fundada por repobladores venidos de Rabanera del Campo.

En 1908 se adosó a la fachada oeste la portada de la arruinada iglesia románica de San Nicolás, y en 1958 se eliminaron las sacristías y la capilla de Palafox; asimismo, buena parte de las losas que rodean al edificio, con marcas de pata de oca de cantería, provienen igualmente de San Nicolás.
Los tres tramos de la nave fueron modificados en el período barroco y anteriormente, a finales del s. XV, se añadieron dos capillas góticas. En cuanto a su románico, de planta atípica soriana en cruz latina, como se recoge en un reciente estudio, «ha sido permanentemente elogiado por la crítica gracias a su capacidad para integrar influencias muy variopintas: antiquizantes, orientales y pirenaicas».
El ábside, por fuera, es posiblemente el más interesante del románico soriano y por dentro se cubre con bóveda gallonada de raigambre islámica protogótica.
En el presbiterio, que tiene bóveda de cañón apuntado y reforzado con nervaturas protogóticas, perduran dos de las cuatro estatuas de apóstoles que hubo inicialmente y cuelga un Cristo gótico con leyenda templaria.
Asimismo hay que reseñar el cimborrio sobre trompas y arranque octogonal que se remata en media cúpula, que corona el centro del crucero siguiendo modelos islámicos. Las chambranas de las trompas muestran escenas caballerescas, una cacería y un bestiario, así como aves y leones afrontados. Las bóvedas laterales del crucero son de cañón apuntado y en los muros occidentales tienen sendos absidiolos.

La portada sur está tapiada pero muestra un tímpano de florones parecido al de la ermita de Garray.
En cuanto a la nueva portada traída de San Nicolás, en el tímpano, los capiteles de la izquierda muestran escenas del Nuevo Testamento y las de la derecha, como en el tímpano, momentos diversos de la vida de San Nicolás de Bari.

Idea original , textos e imágenes publicados con anterioridad en
http://www.soriaymas.com/