Por D.Ángel Almazán de Gracia.

San Juan de Duero.
Su claustro sin techar es, sin duda, uno de los monumentos más emblemáticos de la provincia y el más difundido del románico de la ciudad.
Estamos ante el núcleo espiritual de lo que fue convento de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, conformado por la iglesia (anterior a su llegada) y este singular claustro en el que confluyeron cofrades cristianos y mudéjares, dejando estos últimos una mayor presencia con tres angulos caracterizados por otros tantos tipos de arcos entrecruzados distintos, recordando algunos de ellos a los de la fachada construida por Almanzor en la mezquita de Córdoba. En Europa Meridional sólo se encuentra otro claustro con arcos entrecruzados en Amalfi (Sicilia).
Los Sanjuanistas, al instalarse en este lugar, añadieron dos absidiolos o templetes únicos en España, de clara influencia oriental, rematados en cúpulas semiesférica y cónica, y con capiteles bien labrados por dos escultores distintos con imágenes del bestiario y del Nuevo Testamento.
Contrario a la opinión existente hasta hace poco, J.Nuño González estima que todo tiempo, en torno a los años finales del siglo XII o ligeramente traspasada esa centuria», llevadas a cabo por los Sanjuanistas.
La iglesia, por otro lado, es utilizada como sección medieval del Museo Numantino. Enfrente está el Monte de las Ánimas, en el que Bécquer situó una leyenda templaria, como ubicó su leyenda de «El rayo de Luna» entre San Juan de Duero y San Polo.
 Santo Domingo.
La actual iglesia de Santo Domingo -llamada de Santo Tomé hasta la segunda mitad del s. XIX- es fruto de tres etapas constructivas (dos de ellas románicas y gótica la tercera).
El tramo que antecede al transepto y cabecera de finales del s. XVI es de la fábrica románica más antigua, con bóveda de medio cañón ligeramente apuntado; de esta misma fase constructiva ejecutada probablemente a mediados del s. XII, es también la torre.
La nueva iglesia románica se construyó a finales de esa centuria con planta de tres naves cubiertas con bóveda de cañón apuntado con fajones simples en la central (que es más del doble de ancha que las laterales) y de cañón con arcos fajones apeados en ménsulas en las de ambos lados, arrancando todas a la misma altura.
Ahora bien, lo más interesante del románico de Santo Domingo es su espectacular portada que, atípicamente, se encuentra al oeste, y que recuerda un poco a la de la capital del Poitou, de donde era señora Leonor de Aquitania, de ahí que se halla llegada a suponer que fue ella quien envió a Soria a la cofradía de constructores que diseñó tal fachada y labró sus figuras tras casarse su hija con Alfonso VIII en 1170, y de hecho se ha dicho que las dos personas que hay entre las arquivoltas y el rosetón son este matrimonio regio.
En el rosetón hay un bestiario muy destacable.
En los capiteles de las arquerías ciegas también hay figuras del bestiario medieval y diversos personajes.
El tímpano hay un Pantócrator y en las arquivoltas se escenifican pasajes del Nuevo Testamento (así como algunas del Génesis), como acontece en los capiteles que las soportan.
Además, en la primera arquivolta están los Reyes-Ancianos-Músicos del Apocalipsis.
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