Con la entrada de hoy ponemos fin a esta magnífica serie de tres artículos, de la autoría del Conde de Quinta Alegre, Don Fernando Molina y Alcalde.
Habida cuenta de la buena acogida que este minucioso trabajo ha tenido entre todos nuestros lectores y amigos, así como por todas las felicitaciones que hemos recibido por tan riguroso estudio, estamos completamente convencidos que en breve, Don Fernando, nos volverá a regalar con un artículo de la misma categoría, calidad y profundidad que con el que hoy damos por concluida esta serie.
Como ya todos sabemos, el Conde de Quinta Alegre, reside en Nueva York, es un antiguo miembro del Servicio Diplomático de Chile, y actualmente está considerado como uno de los más destacados hispanistas, así como un reconocido experto en obras de arte. Pertenece a la Real Asociación de Hidalgos de España y es Caballero de nuestra querida Casa Troncal y Canciller de la misma para los EE.UU.
Armas del Conde de Quinta Alegre, autor de este artículo,como Caballero de esta Casa Troncal.
Tercera y Úlltima Parte.
El Marquesado de Santiago de Oropesa.
Para entender esta merced nobiliaria es indispensable que hagamos un poco de genealogía de la Casa Imperial de los Incas, aunque sea muy esquemática.
Huayna Capac, el Inca o Emperador de los Incas mencionado en la segunda parte a propósito de la princesa con la que don Francisco Pizarro tuvo dos hijos (ver Marquesado sin denominación), tuvo entre sus hijos a Sayri Tupac, que recibió de Felipe II tierras al norte del Cuzco, todo el valle de Yucay, que era sagrado para los Incas y otras hacia el este, las fértiles tierras de Oropesa. Casó con su hermana la Princesa María Cusi Huarcay, dejando una sola hija y heredera a su muerte en 1560, Beatriz Clara Coya (Princesa).
La princesa doña Beatriz casó con don Martín Óñez de Loyola, Capitán General de Reino de Chile, y se establecieron en Santiago. Óñez de Loyola era deudo de San Ignacio de Loyola, el santo fundador de los jesuitas. Al quedar viuda doña Beatriz regresó al Perú junto con su única hija, doña Ana María Lorenza de Loyola Coya (o Inca Loyola), nacida en 1596. Doña Beatriz murió en Lima en 1600.
La princesa huérfana doña Ana María Lorenza fue conducida a Madrid al cuidado de la influyente familia de su padre. Allí bajo su tutela tomó estado hacia 1611 con don Juan Enríquez de Borja y Almansa, hijo del duque de Gandía, don Álvaro de Borja y Aragón y de la V Marquesa de Alcañices, doña Elvira Enríquez de Almansa.
De esta forma quedaron unidos los linajes de San Ignacio de Loyola y de San Francisco de Borja, la Casa Papal de Alejandro VI Borja, la Casa Real de Aragón y la Casa Imperial de los Incas.
En 1º de octubre de 1614 Don Felipe III hizo a la Princesa doña Ana María Lorenza Loyola y Coya Marquesa de Santiago de Oropesa junto con la dignidad de Adelantada Mayor del Valle de Yucay que comprendía un extenso señorío jurisdiccional y vasallos al norte del Cuzco.
Retrato de la boda de don Juan de Borja y la Princesa doña Ana Maria Lorenza Inca Loyola. Escuela colonial peruana, siglo XVIII, vista parcial. Fuente: Internet, “Marquesado de Oropesa.” Búsqueda hecha en 13 enero 2012.
La princesa recibió su título nobiliario con las correspondientes armas heráldicas: En campo de plata, una caldera, de sable, colgada de un llar del mismo color y sostenida por dos lobos, de sable.
Armas de la Marquesa de Santiago de Oropesa.Fuente: internet, “Grandes de España, Marqués de Alcañices.” Búsqueda hecha en 13 de enero 2012.
El título se sucedió regularmente por algunas generaciones. La III Marquesa, doña Teresa de Borja y Velasco, Adelantada Mayor del Valle de Yucay, IX Marquesa de Alcañices, Grande de España y XVIII Señora de Loyola casó con el VIII Duque de Medina de Ríoseco, descendiente del infante Don Fadrique de la Casa Real de Castilla, uniendo en su descendencia una nueva casa real, la castellana.
La V marquesa, doña María Almudena Enríquez de Borja, fue la última en suceder regularmente el marquesado junto a las rentas provenientes del señorío anexo del Valle de Yucay y murió soltera en Madrid en 1741.
En 1777 en la Ciudad de los Reyes, dos personajes se presentaron ante las autoridades virreinales para solicitar la sucesión del título nobiliario y el señorío anexo, ambos reclamando ser descendientes de la Casa Imperial de los incas. Las autoridades en Lima denegaron ambas solicitudes ya que no pudieron probar sus derechos genealógicos. Ellos fueron José Gabriel Condorcanqui Túpac Aumarú y Diego Felipe Betancur Túpac Aumarú. El primero se levantaría en armas contra las autoridades del Virreinato de Lima y sería ajusticiado en 1782.
Este hecho sangriento confirma el cuidado que tuvo la Corona de Castilla de llevarse a la corte a Madrid o donde pudiera vigilar a los descendientes de las dos casas imperiales nativas de América, los incas y aztecas.
Por otro lado al no haberse presentado ningún legítimo heredero a solicitar la sucesión del Marquesado de Santiago de Oropesa, las autoridades virreinales se hicieron cargo del señorío jurisdiccional del Valle de Yucay que pasó a ser tierra de realengo. Este señorío feudal o gótico americano tuvo excepcionalmente más larga vida que los casos que hemos analizado anteriormente.
Como nota final sobre este título, en el noroeste de Argentina y en Chile hay descendientes de una rama menor de la Casa de los Incas que en el siglo XVI entroncó con don Pedro de Garnica, hidalgo soriano del Linaje Salvadores, dejando una noble descendencia (Prado y otras familias) y títulos nobiliarios –Condes de la Conquista entre otros. Quien escribe estas líneas viene de éstos últimos (J.L. Espejo, “Nobiliario de la Capitanía General de Chile,” Santiago, 1967, p.664-666).
El título de Marqués de Santiago de Oropesa, simple título de honor, fue rehabilitado sólo en 1982; actualmente está en uso.
El Condado de Moctezuma y El Señorío de Tula.
El Condado de Moctezuma es otro título nobiliario que traía anexos señoríos jurisdiccionales y vasallos en el virreinato de Nueva España al igual que el Señorío de Tula. Ambos títulos nobiliarios fueron dados a los descendientes de la familia imperial de Moctezuma II, Emperador de Méjico y por esta razón los vamos a tratar juntos.
La genealogía resumida de los Moctezuma es la siguiente. El soberano mexica que se enfrentó al conquistador don Hernán Cortés fue el Emperador Moctezuma II, quien casó en segundas nupcias con la Princesa Miyahuaxichitl, su sobrina quien era hija del Señor de Tula, señorío nativo azteca. Entre sus hijos están don Pedro Moctezuma y Cortés o Cortés Moctezuma -sin relación con el conquistador recién nombrado, y don Luis Ihuitlemoctzin Moctezuma, quienes fueron bautizados. Éste último casó con doña Francisca de la Cueva.
En 1571 Don Felipe II le otorgó a don Luis, aunque otros dicen le reconoció, el Señorío de Tula, ya que su territorio jurisdiccional venía de época pre-hispánica en la familia imperial. La condición que impuso el rey fue que don Luis y todos sus descendientes renunciaran a perpetuidad a la “Corona de Méjico.”
Retrato del Emperador Moctezuma, grabado en “Portraits et Vies des Hommes Illustres,” Paris, 1584. Fuente, Internet, “Retratos de los Condes de Moctezuma.” Búsqueda hecha en 17 de enero, 2012.
El señorío de Tula tenía más de 9,000 tributarios y un convento franciscano, desde el cual se evangelizaba y educaba a los nativos. El Señor de Tula era su patrono y tenía derecho a los nombramientos dentro del convento, de acuerdo al derecho canónico de la época.
El señorío de Tula fue reconfirmado en sus privilegios por Felipe III y Felipe IV (Francisco de Icaza Dufour, “Los escribanos en los señoríos de Nueva España,” Revista de derecho notarial, Ciudad de Méjico, año XXXII, Nº101, junio 1990, pp.37-56).
El hijo y heredero de don Luis, fue don Pedro Tesifón Moctezuma y de la Cueva. 2º Señor de Tula, quien fue creado por Don Felipe IV en 13 de noviembre de 1627 Conde de Moctezuma.
Don Pedro había sido anteriormente agraciado con el Vizcondado de Ilucan, en 24 de febrero de 1624, título de honor sin señoríos y vasallos. El Conde era también Señor de Peza, en Andalucía y Caballero de Santiago.
Después de contraer matrimonio, don Pedro fue obligado a pasar a vivir a España, donde murió y estableció su familia y descendencia –idéntica situación de precaución de la corona castellana con la Casa Imperial de los Incas, como lo hemos visto en los párrafos de más arriba a propósito del Marquesado sin denominación y del Marquesado de Santiago de Oropesa.
El condado traía anexo el Señorío de Tultengo, que comprendía parte del actual Estado de Hidalgo, con tierras, pueblos y vasallos que en extensión y población era mayor que el del Señorío de Tula, con más ricos tributos. El Señorío de Tultengo tenía casi las mismas demarcaciones del señorío pre-hispánico de este nombre.
Sobre la base de su señorío jurisdiccional el 2º Conde de Moctezuma solicitó y obtuvo una nueva denominación de su título nobiliario, Conde de Moctezuma de Tultengo. Por alianza fueron también Marqueses de Tenebrón.
El título recibió la Grandeza de 1ª clase de Don Carlos III en 13 de mayo de 1769. Al haber sido creado el Marquesado de Moctezuma en una rama menor de esta familia, Doña Isabel II elevó este título a Ducado de Moctezuma, 11 de octubre de 1865. En 14 de enero de 1992, Don Juan Carlos I le otorgó su denominación actual, Ducado de Moctezuma de Tultengo.
El Condado de Moctezuma fue agraciado con las siguientes armas heráldicas por Don Felipe IV en 1624: escudo partido; 1º, en campo de oro un águila de sable, resaltada por dos ceñidores, de gules, cargado el superior de una rosa, de oro y las letras K y J (Carlos y Juana), de oro; y el inferior dos rosas, de oro y en medio de ellas la letra F (Felipe); bordura de azur con la salutación angélica AVE MARIA en letras de oro y entre ellas en compones de plata ondas de mar (cuatro fajas ondeadas). 2º, en campo de azur un tigre pasante y contornado de oro, sobre una terraza de azur, en abismo un águila de plata volando en dirección del tigre y en jefe una corona imperial, de oro; bordura de gules cargada de treinta y dos coronas, de oro.
Armas de los Condes de Moctezuma Fuente: Internet, “Grandes de España, Duque de Atrisco”.Búsqueda hecha en 17 enero 2012.
Un análisis de las armas heráldicas del Condado de Moctezuma nos demuestra que son dos blasones acoplados. La primera partición o primer blasón, que se reproduce más abajo, fue otorgado por el Emperador Don Carlos V a don Pedro Moctezuma, hijo del Emperador azteca, Moctezuma II, abuelo del primer Conde de Moctezuma, en Valladolid, 28 de septiembre de 1557. Archivo General de Indias, Patronato, 284, N.1,R.64 (en línea, PARES, Ministerio de Cultura).
Armas heráldicas de don Pedro Moctezuma otorgadas por Don Carlos V
en 1536. Fuente, Internet: “Grandezas de España, Duques de Atrisco.” Búsqueda hecha en 17 enero, 2012
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El segundo blasón o partición tiene las armas heráldicas que recibió el Emperador Moctezuma del Emperador Don Carlos V y suele usarlas el Ducado de Moctezuma como armas reducidas. Ilustración más abajo:

Armas del Emperador Moctezuma II, otorgadas por Don Carlos V y  usadas por los Duques de Moctezuma como armas reducidas. Fuente: Intenet, “Perfiles heráldicos y nobiliarios en Iberoamérica, José L. Rodríguez Lizcano.” Búsqueda hecha 18 enero, 2012.

Es importante anotar que el Emperador Don Carlos V cuando se dirigía por escrito a los soberanos incas y aztecas, siempre los llamó “Hermanos,” haciendo una diferencia en el trato con los Grandes del Reino a quienes llamaba “Primos.” Con ello Don Carlos V colocó a los titulares de estas dos casas reinantes americanas en su mismo nivel y esperó que con el “mestizaje” dentro de la alta nobleza, las líneas a dichos tronos se irían diluyendo poco a poco, de generación en generación. Así precisamente fue lo que sucedió. La rebelión y sublevación de Túpac Aumarú en el Virreinato del Perú en la segunda mitad del siglo XVIII –mencionado más arriba a propósito del Marquesado de Santiago de Oropesa, no tenía ninguna legitimidad dinástica, porque ésta se encontraba en España, entre muchas familias de los Grandes y otros títulos y unas pocas familias nobles en el Reino de Chile y el Virreinato de la Plata.

El Emperador concedió a perpetuidad la Orden del Toisón de Oro a los descendientes de los Príncipes Incas para llevar el collar en sus armas heráldicas, por Real Cédula dada en Valladolid en 9 de mayo de 1545 (Marqués de la Floresta, et.al. La insigne Orden del Toisón de Oro, Madrid, 1996, p.506 Nº6). Los aztecas recibieron otro tanto y de allí las armas reducidas del Duque de Moctezuma de Tultengo con el collar del Toisón de Oro; ver la ilustración inmediatamente arriba.
Los Moctezuma recibieron sus rentas y amayorazgaron muchos de sus bienes en Méjico a pesar de vivir en Castilla. Sus bienes se mantuvieron en régimen feudal hasta que fueron abolidos por la Junta de Cádiz en 1811 y legislación mejicana posterior.
Sus descendientes fueron fieles súbditos de los monarcas españoles. Una descendiente del Emperador Moctezuma II fue S.M.I. la Emperatriz Doña Eugenia de Montijo y Guzmán, casada con S.M.I. Napoleón III Bonaparte, Emperador de los franceses (reinaron entre 1852-1863).
Las ramas de varonía se extinguieron en los nietos del I Conde de Moctezuma pero a pesar de ello siguieron apellidándose Moctezuma, por gracia de los soberanos españoles, hasta el presente, la 19ª generación con respecto al primer titular y la 23ª con respecto al Emperador Moctezuma II.
El Ducado de Moctezuma de Tultengo está en uso.
El Señorío de Tula, como título de honor, está vacante.
El Ducado de Atrisco.
En el Virreinato de Nueva España, encontramos un último título nobiliario que traía consigo señoríos de jurisdicción y vasallos.
Es el Ducado de Atrisco, corrupción castellana de la voz azteca Atlixco, que fue creado por Don Felipe V en 17 de abril de 1708 a favor de don José Sarmiento de Valladares y Arines, Caballero de Santiago, Gobernador y Capitán General, Virrey de Nueva España entre 1696 a 1701, y Presidente del Supremo Consejo de Indias.
Junto con las correspondientes armas heráldicas del nuevo título nobiliario –ver ilustración más abajo- el nuevo Duque y Grande de España de 1ª clase, recibió como señorío jurisdiccional anexo al ducado el señorío de Atlixco que comprendía los territorios de Atlixco, Tepeaca y Huauchimango, con vasallos y tributarios, conventos e iglesias, en parte del actual estado de Puebla. Los derechos del duque comprendían los tradicionales de los señoríos góticos: derecho a ejercer la autoridad civil y penal, recibir tributos y derechos de patronatos en las iglesias y conventos en su dominio.
Este título nobiliario feudal fue el último que concedieron los Reyes de España en las Indias. De ahora en adelante todas las mercedes nobiliarias de Castilla en América serían simplemente de honor lo que era ciertamente más provechoso para el siempre pobre Real Erario.
El nuevo duque había contraído primeras nupcias, varios años antes, con la IIIª Condesa de Moctezuma de Tultengo, doña María Jerónima Moctezuma y Jofré de Loaísa, siendo Conde consorte de Moctezuma y Señor Consorte de Tula (ver estos dos títulos nobiliarios feudales más arriba en esta Tercera Parte).

Armas heráldicas del Ducado de Atrisco. Fuente, Internet: “Grandes de España, Ducado de Atrisco.” Búsqueda hecha en 20 enero, 2012.

Su primera cónyuge no alcanzó a ser Duquesa consorte pues había fallecido en 1682, dejando dos hijas, una de ellas fue la segunda Duquesa de Atrisco que, aunque casada, no tuvo descendencia por lo que el Ducado pasó a una hija del 2º matrimonio del 1er Duque y se continuó en ramas femeninas, perdiendo su relación sanguínea con los Moctezuma.

Retrato del 1er Duque de Atrisco, Virrey de Nueva España. Fuente, Internet: “Virreyes de Méjico. Wikipedia.”Búsqueda hecha en 19 enero, 2012.
Este señorío feudal tuvo existencia legal hasta la abolición de los señoríos por la Junta de Cádiz en 1811 y legislación mejicana posterior.
El título nobiliario se encuentra en uso.

Para finalizar es importante puntualizar que sólo tres señoríos feudales en América tuvieron una existencia jurídica plena hasta la abolición de éstos por la Junta de Cádiz en 1811: el del Condado de Moctezuma de Tultengo, el del Señorío de Tula y el del Ducado de Atrisco, los tres en el Virreinato Méjico o Nueva España.
Los otro seis fueron afectados en su existencia jurídica por razones varias: traición al soberano, imposibilidad de ejercer el dominio señorial o no ejercerlo en el futuro inmediato, fuerza mayor como la guerra, o extinción de la familia agraciada, lo que los llevó a su término y caducidad.
Los feudos en América sólo se otorgaron a la familia del Descubridor don Cristóbal Colón, los Conquistadores de Méjico y el Perú y las familias Imperiales del Perú y Méjico (incluyo aquí el Ducado de Atrisco, aunque sea por enlace matrimonial). No hay títulos nobiliarios feudales en Indias sino para estos auténticos gigantes y titanes de su historia.
Casi todas estas mercedes han sido estudiadas por historiadores nacionales de cada país donde se encontraban los feudos pero nadie los ha analizado con una perspectiva más amplia que comprenda todos los ángulos como la política de la corte en Madrid y la local. Sin duda es un tema pendiente de la historia de América.
América conoció el gótico tardío en arte y su nobleza titulada fue gótico-feudal sólo con un cuenta-gotas. Sin embargo la de honor prosperó enormemente, al menos cuantitativamente, porque había en ella pobres de solemnidad también. Cerca del 40% del total de los títulos nobiliarios de Castilla tiene un origen americano; en el Perú había a fines del periodo virreinal cerca de 130 títulos de Castilla; en Méjico, cerca de 120; en Cuba, cerca de 100, etcétera. Tema que espero tratar en otra ocasión.

Bibliografía:
Lohmann Villena, G. El señorío de los Marqueses de Santiago de Oropesa en el Perú, en Anuario de Historia del Derecho Español, Madrid, 1948-1949, XIX, pp.347-458.
El Conde de Quinta Alegre.
Nueva York a 24 de enero de 2012.