Legitimidad Constitucional de la Realeza Afro – boliviana.

II PARTE
La realeza de Don Julio Pinedo, monarca de los negros bolivianos, es incontestable y ha sido reconocida por su pueblo de forma expresa en dos ocasiones.
Ya en 1992, el Rey Julio fue coronado por la Comunidad Afro – boliviana en una lucida ceremonia, celebrada en la Hacienda del Marqués de Pinedo, hoy propiedad de la familia Cariaga – Osorio.
En efecto, el día 18 de abril de 1992, fiesta de San Benito, Patrono de la Comunidad Negra de Los Yungas, al ritmo de bombos, tambores y rascas, fue coronado Don Julio Pinedo en presencia de todos los afro descendientes bolivianos y numerosos pobladores blancos que llegaron desde diversos puntos para participar en las fiestas.
Coronación de D. Julio Pinedo.
Desde la sencilla Iglesia de Mururata, se formó una comitiva, a cuya cabeza se situaba San Benito, integrada por los dueños de la Hacienda del Marqués de Pinedo, dos pajes, el Párroco de Coroico, y Don Julio Pinedo y su esposa Doña Angélica Larrea, seguidos de los hermanos Pinedo, aún vivos en aquel año.
Ya en la Hacienda, y en el lugar destinado a la celebración, bellamente engalanado, un coro de jóvenes negros dio solemnidad al Oficio Religioso, cuya homilía hizo alusión al acto que se iba a realizar y a su significado.
Don Julio Pinedo, escoltado por personalidades del pueblo, amigos e invitados, se dirigió en medio de cantos, palmas y flores a la plazoleta de la Hacienda para ser coronado Rey de los Negros Bolivianos, recibiendo, con marcada dignidad y majestad, los símbolos reales, el manto rojo y la corona.
Don Martín Cariaga Osorio, propietario del lugar, le dirigió unas emotivas palabras que, sin duda, impactaron el ánimo de Don Julio: “El Rey Bonifacio –dijo en tono solemne-, el Abuelo, coronado por última vez en 1932, era un hombre de bien, con personalidad, educado, de buenas costumbres, recto en su conducta y considerado por la gente con que se trataba, como un verdadero Rey. Eso serás de hoy en adelante, Julio Pinedo, Rey ya no de los esclavos, sino de hombres y mujeres libres que aspiran a una vida mejor, con dignidad y amor a esta Patria que es la nuestra y a la que juntos honraremos con firmeza para hacerla grande” (1).
Rey Bonifacio.
Coronación Oficial.
Una segunda coronación, esta vez oficial, tuvo lugar más recientemente. El 3 de diciembre de 2007, el Prefecto de La Paz, Don José Luis Paredes Muñoz, en el Hotel Presidente, ratificó de manera formal la coronación que 15 años atrás había realizado el pueblo afro boliviano a favor de Don Julio Pinedo. Este día el heredero del Príncipe Uchicho volvería a prometer “cuidar por la felicidad y el bienestar de todos los afro – bolivianos”, tras recibir, vestido con capa roja, ribeteada con motivos de leopardo, sobre túnica blanca (ambas confeccionadas por una afamada modista boliviana que viste al Presidente Evo Morales), la corona y el bastón de mando de manos de la primera autoridad política de La Paz.
La coronación comenzó con un desfile en la Plaza de Armas paceña, la Plaza de Murillo, donde tiene su sede el Gobierno y el Parlamento, con una nutrida participación de afro – bolivianos, vestidos de blanco y una mezcla de prendas tropicales y andinas, bailando al ritmo de la “saya”.
Coronación del Rey Pinedo.
“Bolivia y el mundo tienen que saber que somos un pueblo con cultura e historia, que estuvimos olvidados pero no desaparecidos. Tener Rey es el mayor símbolo de nuestra reivindicación cultural y social y tiene para nosotros una incidencia política muy fuerte”, afirmó Martha Inofuentes, líder de la comunidad afro – boliviana, el día de la coronación de Don Julio Pinedo(2).
El Secretario General de la Prefectura de La Paz, Don Alejandro Zapata, manifestó a la prensa que, desde su coronación, “Pinedo debe recibir en la región todo el respeto y consideración, además del tratamiento protocolario de una alta autoridad, como un ministro o un presidente” (3).
Previamente, la Resolución 2033 del Consejo Departamental, Prefectura del Departamento de La Paz, de fecha 15 de Noviembre de 2007, en su artículo primero, resolvía “en uso de sus atribuciones señaladas en la Ley N° 1654 de Desconcentración de 28 de julio de 1995, reconocer al señor Julio Pinedo, natural de Mururata, municipio de Coroico, provincia Nor Yungas, como REY AFRO – BOLIVIANO”.
En el artículo segundo, se reclamaba que “por el alto reconocimiento de la Prefectura del Departamento de La Paz al Rey Afro – Boliviano, la población debe mostrar todo el RESPETO, RECONOCIMIENTO Y CONSIDERACIÓN al señor Julio Pinedo”.
Por último, en el artículo tercero, se decidía “fijar el día 3 de Diciembre de 2007 la CORONACIÓN FORMAL del señor Julio Pinedo y la imposición de Signos y Símbolos como Rey Afro – Boliviano”. Los caracteres destacados figuran en la Resolución original.
Un minucioso considerando hacía, previamente, referencia a la importancia de preservar para las nuevas generaciones sus señas de identidad cultural, a la vez que se proclamaba la legitimidad de Don Julio como descendiente del Rey Esclavo Bonifacio Pinedo.
Reconocimiento Constitucional de la Comunidad Afro – boliviana.
Si importante, bajo el punto de vista jurídico, fue la coronación formal efectuada a iniciativa de la Prefectura de La Paz, mayor importancia reviste el reconocimiento de la Comunidad Afro – boliviana y sus instituciones, que se efectúa en la vigente Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia de 2009.
Ya, en el artículo 3 de la Carta Magna, se proclama que “la nación boliviana está conformada por la totalidad de las bolivianas y los bolivianos, las naciones y pueblos indígena originario campesinos, y las comunidades interculturales y afro – bolivianas que en conjunto constituyen el pueblo boliviano”.
Esta declaración queda concretada en el artículo 32 del texto constitucional al afirmar que “el pueblo afro – boliviano goza, en todo lo que corresponda, de los derechos económicos, sociales, políticos y culturales reconocidos en la Constitución para las naciones y pueblos indígena originario campesinos”.
Acta de Proclamación de Rey Afro-boliviano.
En el artículo 30 – II, vienen fijados detalladamente cuáles son estos derechos, entre los nos gustaría destacar:
-El derecho a su identidad cultural, creencia religiosa, espiritualidades, prácticas y costumbres, y a su propia cosmovisión.
-El derecho a que la identidad cultural de cada uno de sus miembros, si así lo desea, se inscriba junto a la ciudadanía boliviana en su cédula de identidad, pasaporte u otros documentos de identificación con validez legal.
-El derecho a la libre determinación y territorialidad.
-El derecho a que sus instituciones sean parte de la estructura general del Estado.
-El derecho al ejercicio de sus sistemas políticos, jurídicos y económicos acorde a su cosmovisión.
-Derecho a la participación en los órganos e instituciones del Estado.
El reconocimiento de estos derechos y otros tantos que figuran en el texto constitucional, al que remitimos a nuestros lectores para su mayor ilustración, son de suma importancia.
Una reciente ley del presente año 2011, declara el 23 de Septiembre Día Nacional del Pueblo Afro – boliviano. Esta fecha recuerda aquel lejano 23 de septiembre de 1851, cuando el entonces presidente, Manuel Isidoro Belzu, abolió la esclavitud. El desarrollo legislativo de los principios constitucionales no se está haciendo esperar.
Familia Real Afro-boliviana.
El Primer Congreso de la Comunidad Afro – boliviana, con la adopción de importantes resoluciones, ha tenido lugar, recientemente, los días 2 y 3 de septiembre de 2011, al amparo del texto constitucional.
Un Diputado, en representación de la Comunidad Afro – boliviana, forma ya parte de la Asamblea Nacional. Las declaraciones constitucionales no son “papel mojado” y tienen plena aplicación y vigencia.
No obstante, nosotros quisiéramos destacar, como muy significativo, el derecho atinente a que las instituciones de la comunidad afro – boliviana “sean parte de la estructura general del Estado”, lo cual implica el reconocimiento constitucional de la realeza afro – boliviana, de manera que ésta queda consagrada al más alto nivel jurídico.
La República Plurinacional de Bolivia, de forma soberana, ha decidido incardinar en su sistema político la existencia de esta Monarquía Afro-boliviana, que goza de la misma legitimidad, tutela y protección que la Constitución otorga a cualquier otro organismo o magistratura, ya sea de las comunidades indígenas o de los órganos centrales o autonómicos del estado.
El fons honorum de la Monarquía Afro – boliviana, encarnada en su Majestad don Julio Pinedo, resulta, pues, incuestionable.
Dr. Francisco M. de las Heras y Borrero, Presidente de la Diputación de Linajes de esta Casa Troncal.
(1) “Guía Boliviana de Transporte y Turismo”, Mayo/92, Año XII – N° 132.
(2)Declaraciones de Martha Inofuentes a la agencia de noticias Reuters el 3 de diciembre de 2007.
(3)Declaraciones de Alejandro Zapata a la agencia Efe el 3 de diciembre de 2007.