Por el Conde de Quinta Alegre.
Estas notas son comentarios marginales y algunas precisiones, a la reciente reseña de fecha 8 de los corrientes publicada en este Blog, sobre un libro existente en internet o en línea, de la autoría de don Harold Santacruz Moncayo, «La familia Santacruz en la historia», fechado en Santiago de Cali, junio de 2008, información remitida por el Caballero del Linaje Santa Cruz Don Antonio Santa Cruz y López.
Armas de D.Fernando Molina Alcalde, Conde de Quinta Alegre y Caballero de esta Casa Troncal, autor de estas notas y comentarios. Blasón extraido del Armorial de esta Casa Troncal. |
El libro en cuestión trata de una familia sefardita afincada en Colombia. Encontré otra versión del mismo libro en línea, Historia actualizada de la familia Santacruz, fechada en Santiago de Cali, Colombia, 2010. En la parte que me interesa discutir en estas notas no hay diferencias substanciales entre ambas versiones.
No voy a hacer una reseña del libro sino a presentar lo que considero son errores genealógicos del autor de la citada publicación virtual. No es una crítica al señor Santa Cruz, sino todo lo contrario, le agradezco que nos haya dado a conocer sobre el libro del señor Santacruz.
Al recorrer las primeras páginas me llamó la atención que el autor menciona varias veces un título nobiliario que no existe: Marqués de Santacruz a quien presenta como rama de su linaje aunque de una manera muy poco convincente. Se refiere también a las consortes que llevaron este título falso: las marquesas de Santacruz.
Creo que todos conocemos el título nobiliario legal que suena casi igual al falso marquesado de Santacruz: él de Marqués de Santa Cruz, otorgado por Don Felipe II al noble y cristiano viejo, don Alvaro de Bazán y Guzmán, descendiente de la Casa Real de Castilla por línea bastarda, a través de doña Leonor de Guzmán, y también de la casa Real de Aragón. La fecha de creación fue 11 de octubre de 1569; la merced recibió la Grandeza de España en 1583.
D. Álvaro de Bazán y Guzmán, Primer Marqués de Santa Cruz. |
Don Alvaro de Bazán y Guzmán, 1er Marqués de Santa Cruz nunca se apellidó por ningún costado Santacruz, apellido de cristiano nuevo y hasta donde se conoce la genealogía marquesal no hay ninguna rama suya en Colombia. El señor Santacruz le asigna al falso marqués de Santacruz el apellido materno Santacruz, por lo tanto tenemos que concluir que no se trata del héroe de Lepanto que detuvo las fuerzas musulmanas en 1571. A reglón seguido el autor sostiene que el falso marqués es el héroe de Lepanto, por lo tanto ahora podemos afirmar claramente que se trata de una genealogía inventada en lo que dice relación al siglo XVI y su conexión al Marquesado de Santa Cruz.
El libro del Sr. Santacruz equivocadamente ilustra en la figura 6 a quien él cree que fue la primera Marquesa de Santacruz, -nuevamente título inexistente. Dicha ilustración verdaderamente representa a la Marquesa de Santa Cruz de principios del siglo XIX, doña Joaquina de Téllez Girón y Pimentel, hija de los Duques de Osuna y casada con el Marqués de Santa Cruz. La pintura es de Francisco de Goya (1746-1828) quien hizo dos versiones, probablemente ambas en 1805, una en la colección de Los Angeles County Museum, California, EE.UU. y la otra en el Museo del Prado, Madrid. Más de doscientos años separan a la marquesa de la época de Goya de la 1ª Marquesa de Santa Cruz. El señor Santacruz no da crédito al autor de la pintura ni a la colección en que se encuentra.
Dña. Joaquina Tellez de Girón y Pimentel, Marquesa de Santa Cruz. |
Siguiendo con esta misma Marquesa de Santa Cruz, la portada del libro del señor Santacruz incluye el retrato de la familia del Duque de Osuna hecho por Francisco de Goya en 1790, colección Museo del Prado, aunque no hay crédito al pintor ni al museo. Este error del señor Santacruz se repite a través de toda su publicación. El autor al referirse a esta pintura de Goya vuelve a usar el título nobiliario inexistente, marquesa de Santacruz. El retrato del pintor aragonés incluye al duque, su mujer y sus hijos. Una de sus dos hijas en este retrato colectivo fue doña Joaquina Téllez-Girón y Pimentel, ya mencionada en el párrafo anterior, Marquesa de Santa Cruz.
Familia del Duque de Osuna |
Otra ilustración del libro del señor Santacruz es la conocida pintura barroca de Antonio de Pereda y Salgado (1611-1678), “El socorro de Génova por el segundo Marqués de Santa Cruz,” colección del Museo del Prado, Madrid. Nuevamente el señor Santacruz le da el título nobiliario inexsitente al personaje principal, 2º marqués de Santacruz, cuando legalmente fue el II Marqués de Santa Cruz.
Socorro de Génova. |
Éstos y otros casos en este libro son típica tretas de muchos autores de genealogía sefardita e incluso de familias de cristianos viejos no necesariamente hidalgas en Hispanoamérica que quieren aparecer como ramas de familias ilustres peninsulares, algunas veces inventando nuevos hijos o ramas que no se pueden probar documentalmente. De allí que quiero dejar en claro que los Bazán y los Santacruz hasta donde todos sabemos NO SON PARIENTES. Ambas familias son de origen muy distinto y nunca se mezclaron entre ellos, al menos esto se puede afirmar con certeza por el lado Bazán cuya genealogía es muy conocida y está bien publicada. Los Bazán son cristianos viejos sin mancha de mala raza, mácula, ni judaizantes como diría un oficial del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición. Los Santacruz son un linaje de origen sefardita que se convirtieron a la religión verdadera para no ser expulsados de los Reinos de las Españas antes de 1492, y son por lo tanto cristianos nuevos.
Al hacer estas notas revisé el libelo escrito por el Cardenal Mendoza, Tizón de la nobleza, edición del Colegio Heráldico de España y de las Indias, Madrid, 1992. En esta obra, de dudosa reputación aunque no siempre equivocada, no aparecen los Marqueses de Santa Cruz. Lo que quiero decir para quien no conozca este documento es que los Marqueses de Santa Cruz no están en la lista de las familias peninsulares que vienen de judíos y de moros en opinión del Cardenal Mendoza. Se trata de un memorial escrito por el Cardenal a Felipe II en 1560. Es una tácita protesta porque el Rey tardaba mucho en aprobar un hábito de la Orden de Santiago para un sobrino de Su Eminencia.
Portada del libro, tal como se reproduce en Internet. |
Así podemos afirmar que nunca nadie ha escrito que la casa marquesal de Santa Cruz tenía un origen sefardita, ni siquiera el Cardenal Mendoza y sólo conozco este libro virtual del señor Santacruz, que no me merece ningún crédito en esta materia, que afirma de una manera curiosa que los falsos marqueses de Santacruz vienen de uno de los hermanos Santacruz, hebreos convertidos a la Iglesia Católica. Disimuladamente ha querido emparentarse con los Marqueses de Santa Cruz, aunque este título tal como lo he escrito no figura en el libro virtual. Es la treta genealógica que menciono más arriba que en este caso ha sido muy fácil de desenmascarar.
El señor Santacruz muy al principio de su libro menciona que muchas familias de cristianos nuevos pasaron al Nuevo Mundo; la suya está afincada en Colombia de hace siglos. No da cifras pero menciona que son muchas. Efectivamente pasaron familias de origen sefardita a América pero no fueron nunca muchas. Fueron siempre una minoría que se guardó muy bien de no practicar su antigua religión porque la Inquisición vigilaba con gran celo en todas las Indias las familias de cristianos nuevos. La mayoría de las causas que se conocieron en la Inquisición americana fueron por idolatría de los nativos americanos y por herejía de cristianos de origen europeo o indiano; hay otras varias por pecados nefandos. Las causas por judaizar existen pero son pocas. En el caso del Virreinato de Lima, que comprendía toda América del Sur hasta la creación de los virreinatos de La Plata y Nueva Granada en el siglo XVIII y excluyendo Brasil, los índices de las causas de la Inquisición limeña fueron hechos con toda acuciosidad por el gran humanista chileno don José Toribio Medina y el gran autor peruano don Ricardo Palma. Son libros consultables en línea en el sitio de la Real Academia de la Historia de Madrid y en él de la Biblioteca Nacional de Chile.
Hubo ciertos temas de pintura religiosa que hace unas décadas atrás se sospechó que habían sido comisionados por ricos mercaderes de origen judío en Lima, Cuzco y otras grandes ciudades peruanas y alto-peruanas (bolivianas), y que servía a los académicos para especular sobre la cantidad de sefarditas y cripto-judíos en dicho virreinato. Me refiero a las imágenes de los Santos Ángeles de la Guarda, pero hoy este es un punto que está resuelto. La teología de los ángeles en la Iglesia Romana fue tomada de la teología judía sin grandes cambios por los Padres de la Iglesia, como muchos otros temas.
Asier «Timor Dei» (Arcangel arcabucero), 1608, óleo en tela, Museo Nal. de Arte de Bolivia (Sala de Arte Virreinal) |
Luego vinieron las distinciones de los teólogos y las diferencias con la Iglesia Griega y las reformadas en materia angélica. También aparecieron los casos de los ángeles apócrifos no bíblicos basados en libros que no están en el canon como el libro de Enoc. Desde fines del siglo XV en el sur de Italia, que era parte del Reino de Aragón, en toda Castilla y en las Indias tenemos representaciones pictóricas de “nuevos” ángeles como Salatiel y Uriel para sólo nombrar dos de los siete, cuyas imágenes podemos ver incluso en el Real Monasterio de las Descalzas Reales en Madrid. Aquí ya estamos lejos de la teología hebrea y sólo los nombres de estos ángeles son judíos.
Barraquiel ( anónimo atribuido al «Maestro de Calamarca»), siglo XVII, Óleo sobre Tela.Iglesia de Calamarca, La Paz. |
Cualquier persona con medios económicos en las Indias podía comisionar esta clase de pinturas, fueran ángeles de la guarda o los apócrifos sin que necesariamente fueran los mandantes cristianos nuevos o viejos. Por otra parte los cripto-judíos no utilizarían imágenes en sus moradas porque sería idolatría según el Talmud y la Tora. De allí que la discusión sobre el judaísmo de los coleccionistas de ángeles no tiene sentido tal y como se pensó hasta hace treinta o más años atrás; ningún contrato de comisión de obra de estas pinturas en documentos coloniales antiguos sirve para probar una línea cripto-judía de sus coleccionistas.
Lo cierto del caso es que hubo cristianos nuevos ilustres que lograron pasar a América pero casi siempre fueron católicos practicantes allí como en España. Entre estas familias podemos nombrar a los Villarreal en Méjico, sefarditas originarios de la villa de Almagro en Ciudad Real. Sus parientes que permanecieron en Castilla fueron devotos católicos y lograron entroncar a varia familias prominentes e incluso títulos nobiliarios de cristianos viejos. En Méjico tuvieron ocasión de declarar que eran cristianos “viejos” ante la Inquisición mejicana, aunque no fuera tan verdadero pero fueron avalados por importantes y calificados testigos.
Otro caso notable es el de don Diego Carcía de Cáceres quien entre los muchos cargos que desempeñó fue Regidor Perpetuo y Alcalde de Santiago y luego Gobernador interino del Reino de Chile en 1583. Era cristiano nuevo, nacido en Cáceres, Extremadura, pero la sociedad santiaguina lo respetó. Recibió en compensación por sus servicios a la corona una de las propiedades rurales más grandes del Reino de Chile que se mantuvo en la familia hasta la reforma agraria de 1967. Sus descendientes se unieron, entre otros, a los Bravo de Saravia que fueron Marqueses de la Pica, del Linaje Calatañazor, uno de los Doce de Soria y quien escribe estas líneas es descendiente suyo.
Casos parecidos los encontramos en los Pisa, otra familia de origen sefardita que pasó a formar parte de la nobleza de Almagro en Ciudad Real, una de cuyas ramas pasó a Granada y se entroncaron a títulos nobiliarios andaluces; su magnífico palacio granadino alberga hoy el Museo de la Imagen Religiosa. Una de las señoras Pisa de la villa de Almagro, doña María, casó con el Tesorero del Emperador, Don Alonso Gutiérrez de Toledo o de Madrid, cristiano nuevo también, quienes fueron dueños, entre muchas propiedades, de una finca en las cercanías de Madrid llamada la Zarzuela que fue vendida a mediados del siglo XVI al Cardenal Infante por doña María de Pisa y hoy es la residencia oficial de S.M. el Rey. Otra propiedad madrileña fue el palacio residencial del Tesorero y su mujer en la plaza que después se llamó de las Descalzas. Hoy ese edificio es el Real Monasterio de las Descalzas Reales vendido por la viuda del Tesorero a la Infanta Doña Juana de Austria, fundadora del convento. Doña María de Pisa mantuvo residencia hasta su muerte en una propiedad cercana a su antigua mansión que todavía está en pie y es actualmente una sede bancaria. Algunos de sus descendientes pasaron a América donde dos de ellos fueron inmolados por los nativos mientras servían a S.M. en la segunda mitad del siglo XVI (La documentación sobre la Zarzuela: María Ángeles Toajas Roger, La heredad de la Zarzuela. Nuevos documentos de su historia, Universidad Complutense de Madrid, febrero 2007. En línea).
Casos parecidos los encontramos en los Pisa, otra familia de origen sefardita que pasó a formar parte de la nobleza de Almagro en Ciudad Real, una de cuyas ramas pasó a Granada y se entroncaron a títulos nobiliarios andaluces; su magnífico palacio granadino alberga hoy el Museo de la Imagen Religiosa. Una de las señoras Pisa de la villa de Almagro, doña María, casó con el Tesorero del Emperador, Don Alonso Gutiérrez de Toledo o de Madrid, cristiano nuevo también, quienes fueron dueños, entre muchas propiedades, de una finca en las cercanías de Madrid llamada la Zarzuela que fue vendida a mediados del siglo XVI al Cardenal Infante por doña María de Pisa y hoy es la residencia oficial de S.M. el Rey. Otra propiedad madrileña fue el palacio residencial del Tesorero y su mujer en la plaza que después se llamó de las Descalzas. Hoy ese edificio es el Real Monasterio de las Descalzas Reales vendido por la viuda del Tesorero a la Infanta Doña Juana de Austria, fundadora del convento. Doña María de Pisa mantuvo residencia hasta su muerte en una propiedad cercana a su antigua mansión que todavía está en pie y es actualmente una sede bancaria. Algunos de sus descendientes pasaron a América donde dos de ellos fueron inmolados por los nativos mientras servían a S.M. en la segunda mitad del siglo XVI (La documentación sobre la Zarzuela: María Ángeles Toajas Roger, La heredad de la Zarzuela. Nuevos documentos de su historia, Universidad Complutense de Madrid, febrero 2007. En línea).
Rueda de los Doce Linajes. Pintura del heraldista D. Luis Mc. Garell, realizada para esta Casa Troncal. (escudo extraido del Armorial de esta Casa Troncal). |
Así vemos que tanto cristianos viejos, como el Marqués de Santa Cruz, y familias de cristianos nuevos como los recién mencionados, servían a la Casa Real como leales vasallos en la península y en sus extensos dominios de América y Asia.
Esto me lleva a decir que mirar la genealogía en términos de pureza de sangre es imposible. Todos venimos de distintas tribus que poblaron la península ibérica, incluso de distintas razas; todos tenemos un poco de todo. Los reyes vienen de esclavos y los esclavos descienden de reyes es una máxima muy cierta en esta ciencia que algunas veces ha pecado de racismo. Racismo que existe en ambos bandos.
Yo tengo amigos aquí en Nueva York que con orgullo me dicen que son 100% judíos y se trata de unas rubias de ojos azules de tipo germánico que nadie dudaría de sus genes nórdicos que racialmente están lejos del Mediterráneo y de los descendientes de Sem. ¡Curiosa alegación de pureza de sangre que el cuerpo físico desmiente y niega!
Finalmente quisiera referirme a un punto que considero importante en relación a nuestra antigua y noble institución: la Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria. El libro del señor Santacruz no menciona ni por equivocación uno de los Linajes de Soria, el Linaje Santa Cruz –que no es Santacruz.
Es importante dejar en claro que no hay ningún parentesco entre los dos hermanos sefarditas que dieron origen al linaje Santacruz y los Santa Cruz de los Doce Linajes de Soria.
Cuando estudiamos un linaje no podemos pretender que todos quienes se llaman más o menos parecido son parientes como lo ha querido demostrar erradamente el señor Santacruz. El apellido Pérez está muy extendido por todo el globo pero no todos son parientes entre sí.
Armas del Linajes Santa Cruz, uno de los Doce Linajes de Soria. (Escudo extraido del Armorial de esta Casa Troncal). |
Los Santa Cruz de la Casa Troncal de Soria son de un linaje de cristianos viejos sin mancha de ninguna clase, de los que existe una importante rama en Chile, cuya genealogía remonta Juan Luis Espejo, Nobiliario de la Capitanía General de Chile, Santiago, 1967, pp.725-726, hasta don Diego de Santa Cruz y su mujer doña María Medrano de Langarica, que debieron vivir en el siglo XVI. Tiene importantes enlaces a familias patricias chilenas, de una de las cuales desciendo por línea paterna. Los Santa Cruz en Chile se encuentran también tratados por Guillermo Cuadra Gormaz, Familias chilenas, Santiago, 1982, vol.2, pp. 482-483.
Desgraciadamente no tengo a mano el libro del Marqués de Dávila, Nobiliario de Soria, Madrid, 1967, 2 vols. para señalar lo que dice este experto soriano sobre este antiguo y noble linaje.
Curioso olvido el del Sr. Santacruz, con quien debo tener algún entronque por algún lado pero NO por Santa Cruz y tampoco por Santacruz.