Versión actualizada del estudio publicado en el Boletín Nº 238 del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas: VERA-ORTIZ, Jorge A., Aportes para la genealogía agnaticia del caudillo federal Felipe Varela, Buenos Aires-Argentina, septiembre-octubre de 2005, pp. 21 a 38.
Por D. Jorge A. Vera-Ortiz , Caballero Linaje de esta antigua Casa Troncal,miembro de Número del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, de Número de la Junta Sabatina de Especialidades Históricas, Correspondiente del Centro de Estudios Genealógicos y Heráldicos de la provincia de Catamarca, Académico de Número de la Academia Americana de Genealogía.
Sabido es que Felipe Varela fue el último Caudillo de la montonera, dentro del territorio argentino, sucesor de Ángel Vicente Peñaloza apodado “El Chacho”, y líder del alzamiento de las provincias andinas contra el gobierno de Mitre (1862-1868).
Sobre su vida, aún cuando han salido a la luz numerosas biografías de calificados historiadores argentinos (Ramón Rosa Olmos, 1957 y otros), en el imaginario se conservan viejos conceptos que enmascaran la objetividad -tan difícil por cierto-, sobre su origen, su persona y su historia, dándolo unas veces como gaucho analfabeto y otras como un caudillo desalmado.
Nuevas investigaciones presentan una imagen distinta del caudillo, donde se muestra un perfil humano y cultural opuesto a la pintura pergeñada desde un “comprensible” prejuicio o interés doctrinario de facciones opositoras a su persona. En estas nuevas exploraciones abarcativas de su vida toda aparece el célebre caudillo, y vaya a manera de paradigma, con un claro pensamiento y postulando el retorno a la Constitución de 1853, sin las reformas introducidas por Buenos Aires y pregonando la paz con el Paraguay (Vicente Osvaldo Cutolo, 1985). Parece razonable suponer que esta adhesión a la Constitución Argentina, cuya doctrina, evidentemente enmarcada dentro de una cosmovisión democrática, federal y de división de poderes, trasunta la intima convicción de Felipe Varela, como partidario de la libertad política, económica y social dentro de los límites que señala dicha Carta Magna.
Para quienes aun conserven alguna incertidumbre sobre estos, sus principios, solo bastaría citar aquí parte del famoso “Manifiesto del general Felipe Varela a los Pueblos Americanos”, lanzado en Jáchal, San Juan, el 6 de diciembre de 1866, en donde el caudillo proclama: “… . La más bella y perfecta Carta Constitucional democrática republicana federal, que los valientes entrerrianos dieron a costa de su sangre preciosa, venciendo en Caseros al centralismo odioso de los espurios hijos de la culta Buenos Aires, ha sido violada y mutilada desde el año sesenta y uno hasta hoy, por Mitre y su círculo …” … “¡SOLDADOS FEDERALES! nuestro programa es la práctica estricta de la Constitución jurada, el orden común, la paz y la amistad con el Paraguay …” … “¡Llegó el día de mejor porvenir para la Patria! A vosotros cumple ahora el noble esfuerzo de levantar del suelo ensangrentado el Pabellón de Belgrano …!”.
Permítasenos antes de pasar a su origen, a través de su genealogía, trazar un breve perfil sobre su actuación a manera de introducción:
Felipe Varela se encontró hasta hace poco entre los caudillos más discutidos de la época de la organización nacional Argentina, -aunque de pensamiento federal, había sido formado en las filas unitarias-. Combatió contra Rosas, participó en la batalla de Pavón a las órdenes de Urquiza y luego, en Córdoba, se incorpora al ejército del general Wenceslao Paunero. En 1862, frente al incumplimiento del Tratado de la Banderita, se halla junto a “El Chacho” Peñalosa que por tal suceso se había sublevado contra las autoridades nacionales. Ese año le fue otorgado el grado de coronel por el gobierno de La Rioja y luego la jefatura de Policía constituyéndose en el hombre fuerte de la provincia. En 1863 invade Catamarca. En 1865 fue edecán del general Justo José de Urquiza, y en 1866 da a conocer una enérgica proclama en oposición a la guerra contra el Paraguay, al presidente Mitre y a la monopolización por parte de Buenos Aires de las rentas del país, poniendo de relieve su adhesión a la Constitución de 1853, allí también elogia a Urquiza. En 1866, Urquiza destaca su conducta ante el vicepresidente doctor Marcos Paz. En 1867, marcha hacia el norte con la montonera, pero cambia de rumbo hacia La Rioja de la que se había apoderado Taboada. Varela lo invita al campo de batalla fuera de la ciudad “a fin de que esa sociedad infeliz no sea víctima de los horrores consiguientes a la guerra”, lo que es aceptado, pero es derrotado en 1867 por Manuel Taboada, jefe unitario de Santiago del Estero, en Pozo de Vargas (Nota 1), constituyéndose en el último gran combate de las guerras civiles argentinas. En 1867 vence al general Paunero en Las Beatas y marcha a La Rioja ocupándola. Perseguido por los generales Arredondo, Taboada y Navarro, se retira hacia Bolivia, luego toma Jujuy, y en 1868 invade Salta donde es derrotado en Salinas en 1869. Varela escapa a Chile y se exilia en Copiapó, falleciendo en el país trasandino en 1870 (Olmos, 1957).
NACE VARELA:
Nace, Felipe Varela, en el año 1821 -posiblemente en el mes de mayo-, en vísperas de la Autonomía de Catamarca, en el departamento de Valle Viejo, y, según últimas investigaciones este hecho habría acontecido en el pueblo catamarqueño de Santa Rosa, aunque otros historiadores lo consideran nacido en Huaycama, Valle Viejo (Olmos, 1957, José María Rosa: Revista Mayoría, Nº 116). Hijo primogénito, nacido algo más de 9 meses después de celebrado el matrimonio de sus padres, don Javier Varela y doña Isabel Ruarte (a quien Manuel Soria, cita como Rearte, 1920) -que también aparece escrito como Duarte o Rubiano-.
El niño dio sus primeros pasos en Piedra Blanca con sus parientes carnales, la antigua y tradicional familia Nieva y Castilla (Bazán-Guzmán-Pérez Fuentes-Olmos, 1975) (Nota 2), en una época donde las luchas fraticidas entre unitarios y federales ocupaban casi todo el espectro del suelo patrio. Así, en ese escenario, trascurrió Varela su infancia catamarqueña. Esta circunstancia, unida a que muy cerca de él su propio padre había optado por adherir a una de las facciones, y asumir estas luchas como caudillo lugareño del partido federal, fueron nutriendo al niño, y luego al joven, en un hogar en cuyo seno se respiraba la atmósfera del fragor de las guerras civiles, que no terminarían de definir en mucho tiempo el destino definitivo que se daría a la Nación.
SE DESCUBRE SU ACTA BAUTISMAL:
Hace unos pocos años, hemos dado a conocer el Acta Bautismal de Felipe Varela, descubierta en la misma época y en forma independiente, por D. Marcelo A. Gershani Oviedo y luego, y sin conocer el repositorio ni la signatura en que se encontraba la suerte quiso, hallada asimismo por nosotros. La existencia, fecha y contenido de esta Partida Sacramental anhelada por los historiadores y genealogistas por décadas, fue publicada por primera vez por el autor del presente trabajo sobre la genealogía documentada del quijotesco y patriota Caudillo andino (Jorge A. VERA-ORTIZ, Aportes para la Genealogía Agnaticia del Caudillo Federal Felipe Varela, Boletín Nº 238 del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, septiembre-octubre de 2005, pp. 21 a 33).
Su acta de bautismo había sido motivo de largas e infructuosas pesquisas por parte de genealogistas e historiadores. Tuvo que pasar más de un siglo para que finalmente, halláramos este documento que yacía oculto, “durmiendo el sueño de los justos”, entre los papeles de los Expedientes matrimoniales (sic) de Catamarca.
En el Libro de Bautismos de Españoles (de 06/I//1817 a 10/IX/1832), folio 25 vuelta, de San Isidro -Valle Viejo, Catamarca-, Archivo del Obispado de Catamarca, se lee:«El 9 de junio de 1822 en la Capilla de San Isidro puse óleo y crisma a Juan Felipe de esta feligresía de edad de un año hijo legítimo de dn. Xavier (Javier) Varela y María Isabel Rubiano, lo bautizó de socorro el Maestro dn. Jacobo Acuña. Padrinos dn. Valentín Castro y doña Juana Acuña – Y lo firmo para que conste Doctor Joaquín Acuña».
Algunos historiadores erróneamente hacen al Prócer nacido en La Rioja e incluso en Chile. Sobre este asunto el reconocido historiador y auténtico revisionista D. José María Rosa, produce una crítica en 1968. La presentencia del acta bautismal, que la providencia quiso poner en nuestras manos, reveló definitivamente que Felipe Varela nació en Catamarca, en la localidad de Valle Viejo y en 1821.
Nos resultó interesante observar que el 9 de junio de 1822, Varela contaba con 1 año de edad, o sea que debió nacer en mayo o en los primeros días de junio de 1821. Sus nombres de pila al momento del bautismo se leen, eran Juan y Felipe. Leyendo el Santoral Cristiano nos encontramos con que “Felipe”, 2º término de sus prenombres y que usara durante su agitada existencia, tiene su celebración el día el 11 de mayo en memoria de uno de los Doce Apóstoles, justamente en el mes probable de su nacimiento. Esta significativa concordancia de mes y año, nos habilitó a sospechar seriamente, y dadas las costumbres religiosas de la época de darle el nombre de pila a sus hijos según el Santo correspondiente a su día de nacimiento, que en esa “jornada del 11 mayo de 1821”, festividad de San Felipe, fue cuando el prócer Felipe Varela vio la luz.
En cuanto al entorno social que trasunta de la partida, vemos que el sacerdote que celebró la ceremonia fue el Mtro. don Jacobo de Acuña, quien era hijo legítimo de don Francisco de Acuña Coello y Torrado, último gobernante de Catamarca bajo el dominio Español y primero bajo el régimen Patrio y de doña María de la Trinidad de Vera y Aragón -mujer descendiente, por los Vera, de antiguos linajes soriano, aragoneses-; a su vez ofician de padrinos, una hermana del religioso que fue doña Juana (Antonia) Acuña (y Vera) y don (José) Valentín Castro, hijo de don Fernando de Castro y Barros Sarmiento y de doña María del Carmen de Vera, hija, a su vez de don José de Vera y Aragón y de doña María Nieva (y Castilla). Todos de viejas familias coloniales y de los primeros conquistadores.
Respecto de la madre del futuro caudillo, vemos que en el acta figura “María Isabel Rubiano”, no obstante que en otros documentos aparece también como “Ruarte” (ver más adelante).
FORMA MATRIMONIO EN LA RIOJA:
Felipe Varela fue estanciero en Guandacol, pueblito riojano donde se había radicado, allí formó hogar, con doña Trinidad Castillo, hija del comandante riojano Pedro Pascual Castillo, quien fue su protector y también amigo de su padre Javier. Por esa época, con su padre político, se dedica al engorde de hacienda lo que le dio amplio conocimiento del paisano de la región y, lentamente, fue acrecentando su prestigio y predicamento entre la gente de campo, reconocimiento cuya trascendencia se vería después como comandante de las montoneras.
DEJÓ DESCENDENCIA:
El matrimonio Varela-Castillo dejó posteridad en varios hijos, entre ellos: Isora, Elmira Bernarda y Javier Varela (Bazán, Guzmán, Pérez Fuentes, Olmos, 1975). No tenemos noticias de sus lugares de nacimiento. Sobre las actividades que desarrollaron algunos de sus vástagos, sabemos que hicieron carrera en la docencia y en la magistratura (Félix Luna, 1988).
LEJOS DE SU TIERRA, SU FALLECIMIENTO:
Al hombre “de a caballo”, “capaz de dejar todo …. y echarse al camino, lanza en mano con el Mambrino en la cabeza” (Rosa, 1968), líder del alzamiento de las provincias andinas, y sobreviviente de encarnizadas batallas como las de Pavón, Pozo de Vargas y Las Beatas, la muerte lo sorprende por enfermedad aunque como producto de los sacrificios de su gesta guerrera, en la extrema pobreza y cargando la Cruz del exilio de su tierra. Fallece en Nantoco, aldea chilena de Copiapó, el 4 de junio de 1870 y sus despojos fueron inhumados -dos días después- en el cementerio de Tierra Amarilla (Rosa, 1968). El llamado Quijote de los Andes, tenía entonces 49 años de edad.
SU TUMBA HOY:
Los restos del prócer catamarqueño Felipe Varela, descansan hoy en su mausoleo construido en el cementerio municipal de Catamarca, impulsado por el Intendente Ricardo G. Guzmán y que fuera inaugurado con toda justicia por las autoridades gubernamentales provinciales y de la Municipalidad de la ciudad de Catamarca, en diciembre de 2008.
Con sorpresa, vimos que en el plano vertical de este monumento aparece erróneamente escrito «1819» como el año en que vio el sol por primera vez.
¿Dónde nace el error que condujo a afirmar que el célebre caudillo nació en 1819?: en la constancia de fecha 10 de marzo de 1967, sobre la partida de defunción de Felipe Varela, expedida por el notario mayor del obispado de Copiapó, Chile, donde Varela entregó su alma al Creador, dice que falleció en 1870, a la edad de “51 años”, dato que condujo en su relevante estudio sobre la historia de Varela a los eminentes historiadores Bazán, Guzmán, Pérez Fuentes y Olmos, a establecer como el año del nacimiento del caudillo el citado 1819. Hoy, debido a nuestro hallazgo del acta bautismal, desaparece este esencial obstáculo para conocer fehacientemente y por documento indubitable el verdadero año de su nacimiento, partida que nos habilitó a afirmar que aconteció en 1821. Tenía al morir, entonces, 49 años de edad, y no 51 como queda demostrado.
En un artículo nuestro en el prestigioso periódico catamarqueño “La Unión” en el año 2009, entre otros contenidos, hemos dado cuenta de dicho error, el que, debemos decirlo, aun hoy no ha sido subsanado por las autoridades provinciales (Jorge VERA-ORTIZ, El Mausoleo de Felipe Varela y su verdadero año de nacimiento, periódico “La Unión”, Suplemento de Historia, Catamarca, Argentina, 28 de febrero de 2009).
GENEALOGÍA DE FELIPE VARELA.
En el pasado se han realizado algunas incursiones sobre la genealogía del caudillo federal Felipe Varela, como parte de estudios de espectro amplio sobre su vida. Hoy intentaremos hacerlo, en breve aporte, desde el perfil de la ciencia genealógica moderna. Guardamos fundadas esperanzas que en el futuro se escriba una genealogía ampliada a toda la familia Varela, ya que en Catamarca hay estudiosos de esta ciencia profundamente conocedores de
SUS PADRES:
El nombre completo del padre del prominente caudillo, fue don José Javier Simón Varela y Vergara -conocido en la historia de Catamarca como Javier Varela-, quien había nacido el 14 de junio de 1793, en Valle Viejo, recibiendo la pila bautismal el 22 de ese mes; consta en el acta que fue su madrina, doña Francisca Varela y sus padrinos: don José Ignacio Leiva y doña Francisca Viscarra, todos naturales de Valle Viejo -Bautismos 7, folio 58, Catedral Basílica de Catamarca-. Los padrinos, pertenecían a antiguas familias catamarqueñas.
La primera noticia que tenemos sobre don Javier data de cuando aparece integrando la División de reclutas que, al mando del teniente de Granaderos a Caballo de San Martín, don José María Riveros comisionado al efecto, marchó el 22 de junio de 1814 sobre la “Capital de Buenos Ayres” para ponerse a disposición del Excelentísimo Supremo Gobierno a fin de sumarse a los Ejércitos de la Patria -Archivo General de la Nación, Buenos Aires, Sala IX-48-4-4.. Javier Varela acababa de cumplir 21 años de edad.
Fue caudillo lugareño y tuvo alguna figuración política en su provincia natal. Con el grado de capitán de milicias (Bazán, Guzmán y otros, 1975) y, como comandante, a mediados de agosto de 1830 invade Catamarca durante la gobernación de Díaz de la Peña (Elsa Andrada de Bosch y Prudencio Bustos Argañaraz, 2001). El 8 de septiembre de 1840, Javier Varela muere en violento combate librado sobre la margen derecha del Río del Valle. Allí, en su carácter de uno de los jefes principales de las fuerzas invasoras de Santiago del Estero enviadas por Ibarra luchó contra las de Catamarca; junto al cadáver de su padre, se encontraba presente el joven Felipe (Olmos, 1957) que contaba entonces con 19 años de edad. Al día siguiente sus restos fueron sepultados en el antiguo cementerio de la ciudad al sur de la Iglesia Matriz, en cuyo libro de defunciones figura: “como de 50 años”, muerto el día anterior “en la guerra de los extramuros de la ciudad”, esposo de doña Isabel Ruarte (Bosch, 2004). Resulta interesante poner de relieve que Javier Varela se encontraba al frente como ”Caudillo de los Choyanos” (Ramón Gil Navarro, 2005), pueblo indio que nos hace pensar, si Felipe no habría combatido tiempo después contra Mitre, con sus montoneras formadas por, tal vez, también por algunos indios, aunque el grupo más numeroso sería de gauchos riojanos, cordobeses y sanjuaninos, entre los que había en su mayoría labradores, arrieros, artesanos, gente toda lejos de ser marginales (de la Fuente, 2007) como se ha afirmado.
Sobre acontecimiento de la muerte de su padre, insinúa Manuel Soria que Felipe Varela, quedó signado por: “ ….su odio al partido unitario, acaso sellado con algún atroz juramento ante el cadáver de quien le dio el ser, muerto en la revolución que intentó contra el gobierno unitario de Catamarca ….” (Soria, 1920); según se desprende de su opinión, las consecuencias de la cruenta muerte de su padre pudieron marcar un destino de implacable crueldad en las acciones del aguerrido caudillo. No obstante, el propio Sarmiento, conocido por su dureza para denostar a sus enemigos, alguna vez dijo de Varela que, “cuando ocupaba una ciudad no la saqueaba ni fusilaba a los vencidos, como solía hacerse” (Nueva, 1977). No resulta paradójico en Varela cuando en 1869 escribe a su esposa diciéndole que “…. estoy dispuesto a ayudarlo al presidente Sarmiento, si es que marcha con la Ley del país, ….” (Bazán-Guzmán y otros, 1975). El ilustre Maestro jamás supo sobre este apoyo, Varela muere un año después. Estos juicios dispares muestran una vez más el aserto del padre Olmos (1957) cuando dice de Varela que “se encuentra entre los caudillos más discutidos de la época de la organización nacional”.
Acta de Bautismo de don José Javier Simón Varela, conocido en la historia de Catamarca como Javier Varela, padre del caudillo federal Felipe Varela

Libro de Bautismos Nº 7, folio 58, custodiado en el archivo de la Catedral Basílica de Catamarca.

Pero volvamos a su genealogía.
Tenemos pocas noticias sobre la familia de la madre de Varela. Sabemos que doña María Isabel Ruarte (Duarte o Rubiano), había nacido en Valle Viejo, el 2 de julio de 1793, siendo bautizada al día siguiente, en la Iglesia Matriz; hija legítima de don Mariano Ruarte y de doña María Ramona Gutiérrez, fueron sus padrinos (sic): Petrona Aguirre, vecinos (sic) de Valle Viejo (no figura el padrino y desconocemos quién es Petrona Aguirre) -Bautismos 7, folio 59 vuelta, Catedral Basílica de Catamarca-.
Al apellido de la madre de Felipe Varela lo encontramos escrito como “Ruarte”. El historiador Manuel Soria en sus “Fechas Catamarqueñas”, aunque sin citar la fuente, fue el primero en dar a conocer la filiación del caudillo y, menciona el apellido de esta señora como “Rearte” (sic) (Soria, 1920) y siguiendo a Soria, hacen lo propio, Udaondo (1938) y el padre Olmos (1957). Nosotros preferimos nombrarla según consta este apellido en su acta de casamiento y en todos los asientos sacramentales en que lo vimos aparecer, es decir: “Ruarte” o bien “Rubiano”, pero jamás como “Rearte”.
Acta de Bautismo de doña María Isabel Ruarte, madre del caudillo federal Felipe Varela

Libro de Bautismos Nº 7, folio 59, vuelta, custodiado en el archivo de la Catedral Basílica de Catamarca

Ya vimos que en el acta bautismal de Felipe Varela, “doña María Isabel Ruarte”, figura con el apellido “Rubiano”. No pudimos saber porqué en diferentes asientos sacramentales consta María Isabel –y también su padre, apellidados indistintamente de esas dos maneras.
Don Javier Varela y doña María Isabel Ruarte, habían contraído enlace el 9 de agosto de 1820, en la Capilla de San Isidro (Valle Viejo, Catamarca), donde fueron casados y velados por el pbro. Maestro don Juan Bautista Ramos; fueron testigos de esta boda: don Casimiro Quevedo y su esposa doña Lorenza Flores, todos vecinos de Valle Viejo: esta unión consta en el libro de Matrimonios Nº 5, folio 99, custodiado en la Catedral Basílica de Catamarca.
Debemos referir que este casamiento tuvo dos actas, ya que se conserva otra en el mismo libro, folio 88 vuelta, donde se dice que casaron cuatro días después, o sea el 13 de agosto, en la Iglesia Matriz, y celebrada la ceremonia por otro religioso, el cura Rector don Juan Andrés Córdoba, siendo los mismos testigos. No se anuló el acta equivocada o “duplicada”, lo que nos deja sólo el camino de interpretar cuál debió ser la válida, que para nosotros es la labrada el 9 de agosto, ya que figura en Valle Viejo, lugar de residencia de los contrayentes, de sus respectivas familias y aún de los testigos, cuya fecha de casamiento, es además anterior a la del primer partida que aparece en el libro. Otros errores en asientos sacramentales de los deudos de Felipe Varela se reiteran con cierta frecuencia.
Vale la pena recordar que algo más de 9 meses después nace como fruto del enlace Varela-Ruarte, Juan Felipe Varela, su primogénito.
Para más conocimiento del rango social que ocupaba la familia paterna del protagonista de la última gran contienda de las guerras civiles argentinas, debemos decir que toda vez que encontramos a los apellidos de los padres, abuelos y hasta bisabuelos paternos del caudillo montonero, aparecen presididos de la partícula “Don”, particularmente los varones. Lo señalado -la partícula “don”-, aún cuando la avanzada época en que nacieron fue durante el transcurso del siglo XVIII, nos estaría indicando la posición de “familia principal” dentro de la sociedad catamarqueña, la que para nosotros al menos era expectante, y al decir de los autores de “Felipe Varela, Su Historia”: “Perteneció -Felipe Varela- a una antigua y distinguida familia del valle catamarqueño” (Bazán-Guzmán y otros, 1975).
En cuanto al entorno social, que surge del documento de esta boda, podemos decir que los testigos de la ceremonia, don Casimiro Quevedo y su esposa doña Lorenza Flores, eran residentes de Valle Viejo; que don Casimiro había nacido en Córdoba, por 1773 y que doña Lorenza Flores vio la luz por 1777 -A.G.N, Censo de Catamarca de 1812, Valle Viejo-, ellos habían casado el 7 de septiembre de 1793 en la ciudad de Catamarca, el novio era natural de la ciudad de Córdoba hijo de don Juan Quevedo y de doña Francisca Gómez, la novia era nacida en la ciudad de Catamarca e hija de don Manuel Flores, difunto y de doña María Luisa Barros; fueron padrinos: don Carlos Dulce, natural de Córdoba y doña Francisca Espeche -Matrimonios 3, folios 45 y 45 vuelta, Archivo de la Catedral Basílica de Catamarca-. Don Casimiro y doña Lorenza Flores dejaron posteridad en Catamarca, que unieron sus destinos, a través de matrimonios con influyentes familias de la provincia.
Acta de Matrimonio de don Javier Varela y de doña Isabel Ruarte, padres de Felipe Varela

Libro de Matrimonios Nº 5, folio 99, custodiado en el archivo de la Catedral Basílica de Catamarca

Y POR SUS VENAS CORRÍA SANGRE INDIA:
Sobre su familia materna tenemos escasa información. Intentamos profundizar nuestras pesquisas, y hallamos que en el Censo de 1812, en Valle Viejo (A.G.N.), figura una Isabel Rubiano -del mismo nombre de la madre de Varela-, nacida en Catamarca, que para ese año contaba con 17 años de edad -por lo que según el censo debió nacer por 1795-, soltera y de condición “India”. Recordemos que doña María Isabel Ruarte o Rubiano, había nacido en Valle Viejo en 1793. Como se ve son prácticamente “las dos” Isabel Rubiano de la misma edad. En el mencionado padrón, junto a Isabel, figuran sus hermanos Luisa y Antonio, solteros, de 19 y 9 años respectivamente y de la misma condición de la primera de los nombrados.
En un primer momento pensamos sobre la posibilidad de un caso de homonimia, pero rápidamente tuvimos que descartar esa suposición, ya que entre los censados, e inmediatamente, en el renglón superior al de los citados hermanos aparece una Ramona Gutiérrez -del mismo nombre de la abuela materna del caudillo-, de 38 años, viuda, y también India -A.G.N., Censo de Catamarca de 1812 en Valle Viejo: Compañía Nº 5-. Por otra parte don Mariano Ruarte (o Rubiano), el padre de doña María Isabel, suponemos que vivía para 1820, ya que no consta fallecido o finado ese año, en el acta cuando casa su hija con don Javier Varela. Confrontando este dato con la viudez de la mujer censada en Valle Viejo, Ramona Gutiérrez, cabría pensar que no se trataría de las mismas personas. Pero la vinculación de estas noticias y el análisis crítico de otros documentos nos sugiere otra cosa: así, se observa que en la partida de bautismo del futuro jefe federal, su padre figura con la partícula “don” mientras que no acompañaba el mismo tratamiento su madre (¿india?), no obstante que para la misma persona en su acta bautismal aparecen sus padres endonados y la propia Isabel consta en la de su casamiento como “doña”. Y ya sabemos que las personas naturales o indios carecían de esa partícula al ser mencionados en actas sacramentales, con la sola excepción de que fueran caciques y que en el caso que nos ocupan no lo eran.
Para saldar la duda, recurrimos a otro documento y encontramos que a la vista de la partida matrimonial de los padres de la madre de Felipe Varela, en que no obstante no aclararse la condición de los novios, el acta está asentada en el sector del Libro de Matrimonios Nº 2, folio 104, de la Catedral Basílica de Catamarca, correspondiente a indios (naturales) y castas.
Debemos puntualizar que en dicho libro de Colecturía, corren desde el folio 1 al 70 las partidas de Españoles y Mestizos y en adelante las de Naturales y Castas. Como vemos esta partida fue registrada en el folio 104 (indios-castas), en donde además los novios y sus padres figuran sin la partícula “don/a” (aunque este último sea relativo para la época). También resultó relevante no haber hallado en todo ese tramo del libro otros asientos que no fueran de indios o castas, ya que algunas veces igualmente se asentaban actas de españoles, pero en ese último caso las autoridades eclesiásticas eran muy escrupulosas en dejarlo registrado.
En cuanto a los españoles que figuran allí sólo aparecen como testigos, padrinos o propietarios de algún esclavo/a. No se observa lo mismo por ejemplo en otro Libro de Matrimonios, el Nº 9 de Indios y castas, Catedral Basílica de Catamarca, en donde sí aparecen algunas actas de españoles entremezcladas con las otras y con el registro de esa condición.
A la luz del acta matrimonial citada se nos configuran importantes interrogantes sobre la condición de la madre y abuelos maternos de Varela. Si bien no es la primera vez que esto ocurre, induce a cierto desconcierto que estos mismos individuos en diferentes libros parroquiales, unas veces aparecen con la partícula “don/doña” y otras no, a su vez constando en libros de españoles y otras de no españoles. Estas discordancias nos hacen conjeturar la posibilidad de que los abuelos maternos del caudillo fueran en realidad mestizos de primera generación indio/blanco.
Lo que nos parece más probable es que Mariano Duarte (o Rubiano), sea español o blanco y su mujer Ramona Gutiérrez, de condición india, asociación ésta que connotaba depender de la subjetividad de quien asentara sus nombres en diferentes documentos y circunstancias, su categorización “a su buen criterio”.
Las características físicas o fenotípicas de Varela, de acuerdo a descripciones que nos han quedado de él, y de su imagen en diferentes fotografías de época son -apelando a conceptos y vocabulario de una ciencia auxiliar de la genealogía como es la genética- las del fenotipo español o blanco criollo puro, de allí nuestra presunción de que su madre fuera en realidad mestiza con genotipo indio/blanco (mestizo), aunque con posible fenotipo de naturales puros (india), tal como fue categorizada en el censo, siendo por la otra parte el padre de Felipe español, blanco o llamado también “noble”.
Según descripciones físicas, Felipe Varela era de estatura alta y bizarra, enjuto, y de faz fina, de pómulos sobresalientes y de mirada penetrante y severa prestancia, con barba sin pera y largas patillas a la española, su imagen era del tipo del antiguo hidalgo castellano, no carente de cierta gallardía militar, “se parecía al Quijote en algo más que en la apariencia física” (Francisco Centeno, 1929 y Rosa,Revista Mayoría 116).
Cabe preguntarse, si en alguna medida la naturaleza de su madre habría condicionado a Varela, en su pensamiento evidentemente americanista. En fin, creemos que este asunto amerita su profundización en otro estudio ya que sobrepasa nuestra materia y los límites de este trabajo.
SUS TÍOS PATERNOS:
Tío paterno del caudillo nacido en Valle Viejo, fue don Indalecio Varela y Vergara, hijo legítimo de los finados don José Javier Varela y de doña Ana María Micaela Vergara, quien había contraído matrimonio en el Oratorio de Villa Dolores, en Valle Viejo, el 26 de noviembre de 1831, presidida la boda por el Pbro. Mtro. don Francisco Jacobo Acuña (y Vera), con Estanislasa Vergara (y Vera), hija legítima de don Manuel Vergara y doña Andrea Vera (y Burgos); fueron testigos: don Juan Manuel Segura y doña Laurencia Barros -Matrimonios 5 folios 147 y 147 vuelta, Catedral Basílica de Catamarca-. Tanto la familia de la novia como la de los testigos pertenecían a antiguos y caracterizados linajes del Tucumán, representados algunos de ellos por descendientes de conquistadores -Matrimonios 5, folios 147 y 147v., Catedral Basílica de Catamarca-.
Don Indalecio Varela murió antes del 20 de febrero de 1869, ya que ese día Felipe Varela escribe a su hermano (en rigor primo hermano) Juan Manuel -quien era cirujano provincial- una carta desde Copiapó, Chile -en donde se encontraba refugiado-, en la que le dice: “ ….. he sabido, con sentimiento, que nuestro tío Indalecio ha muerto, ……. , pero al fin son determinaciones del Altísimo”, “…… no hay mas que consolarse con las disposiciones de Dios” (Bazán, Guzmán, y otros, 1975).
Otros tíos, hermanos del padre del sucesor de Peñaloza, fueron: don José Varela (y Vergara), nacido el 17 de septiembre de 1787 y bautizado el 22 del mismo mes -Bautismos 4, foja 75, Catedral Basílica de Catamarca-, quien contrajo enlace, en la Iglesia Matriz, el 11 de febrero de 1812, con doña María Magdalena Lobo y Agüero -Matrimonios 5, folio 47, Catedral Basílica de Catamarca-, bisnieta de don Cristóbal Lobo de Mereles (Gershani Oviedo, 2005); y también doña Gregoria Varela, la que fue bautizada el 4 de enero de 1786, hija legítima de Javier Varela, a su vez hijo de Juan Varela y de María Quiroga, difuntos, y de Micaela “Vega” (sic) (en realidad Vergara), hija de Alonso y de Francisca Córdoba; fueron padrinos de la niña: Antonio Tolosa, marido de Manuela Varela y Antonia Romero, viuda de Juan (de la) Cruz Varela -Matrimonios 3, folios 92 y 92 vuelta, Catedral Basílica de Catamarca-.
SUS ABUELOS:
Don Javier, era hijo legítimo de don José Javier Varela, quien terminó sus días en el año 1817 -Defunciones 6, folio 142 vuelta, Catedral Basílica de Catamarca-, y de doña (Ana María) Micaela Vergara (o Bergara), filiación que aparece en su acta bautismal y también cuando toma estado con doña Isabel Ruarte -Bautismos..7, folio 58, Ibid..y Matrimonios 5, folio 99 , Catedral Basílica de Catamarca-. A su vez, doña María Isabel Ruarte era hija legítima de don (José) Mariano Ruarte (o Rubiano), bautizado en la Iglesia Matriz el 14 de agosto de 1767 de 2 días de edad, donde aparece su apellido como “Duarte” (sic) -Bautismos 2, folio 15, Catedral Basílica de Catamarca: en este acta también constan los nombres de sus padres-; y de doña María Ramona Gutiérrez, según ya vimos, matrimonio que consta en el acta de bautismo de doña María Isabel, en la de su casamiento con don Javier -Ibid..7, folio 59 vuelta, Ibid. y Matrimonios 5, folio 99, Ibid..(citado)-, y en la partida de casamiento de José Mariano Gutiérrez, quien era natural de San Fernando de Catamarca, cuando se casa, el 6 de mayo de 1787, en la Iglesia Matriz, con (María) Ramona Gutiérrez, natural de la misma ciudad; fueron testigos: don Pedro Pablo Ponce (de León), marido de doña Francisca Salcedo, y doña Ventura Lescano, marido de doña Anastasia González -Matrimonios 2, tramo de Indios y Castas, folio 104, Catedral Basílica de Catamarca. Partida citada-.
Lo anterior nos conduce directo a aseverar que no fue el mismo José Varela, abuelo paterno de Felipe Varela, quien participó del Cabildo abierto del 31 de agosto de 1810 -reunido para elegir al diputado que representaría a Catamarca ante la Junta Provisional Gubernativa, tal como se ha afirmado (Bazán, Guzmán y otros, 1975)-, sino como vimos en el párrafo anterior, el abuelo era en realidad don José “Javier” Varela, en tanto que el participante de aquel importante Cabildo abierto fue: don “Juan” José Varela, al que se lo puede encontrar en la lista de vecinos concurrentes (Julio V. González, 1938). Si bien el señalado, don Juan José Varela pertenecía a la familia del caudillo, no era antepasado de éste. Este error filiatorio no invalida en absoluto los conceptos vertidos por los autores en dicho estudio, cuando afirman -apoyándose en la actuación de José Varela, supuesto abuelo del conocido caudillo-, que la familia de Varela tuvo una jerarquía principal en Catamarca.
SUS BISABUELOS:
En “Felipe Varela, Su Historia”, se afirma que los bisabuelos paternos de Felipe fueron José Varela e Ignacia Barrionuevo, esta última del linaje de los Ávila Barrionuevo, aquí debe haber un error involuntario, nosotros en nuestras investigaciones no encontramos documento alguno que corrobore esa filiación.
Entonces, ¿quiénes fueron los bisabuelos paternos de Felipe Varela?, lo sabemos por el acta de casamiento de José Javier Varela, celebrado en la Iglesia Matriz de Catamarca, el 18 de febrero de 1784, allí consta hijo de don Juan Varela y de María Quiroga, la novia figura con el nombre de doña Marcela (sic) (Nota 3) Vergara -en realidad Micaela, según constatamos en otros documentos, en donde este último nombre se repite invariablemente-, hija de don Alonso Vergara y de Francisca Córdoba, tanto ella como el novio, don Alonso, eran vecinos del la ciudad de Catamarca; fueron apadrinados por: don Manuel Núñez con doña María Vergara. Se observa en esta partida matrimonial, que el nombre de las bisabuelas del Jefe montonero no fueron precedidos con la partícula “Doña” -Matrimonios 2, folio 17, Archivo de la Catedral Basílica de Catamarca-. No obstante que en otros documentos, sí le antecede este tratamiento, a una de ellas: Doña Francisca Córdoba; así vemos a esta señora, mencionada así, en el acta del casamiento celebrado en la ciudad de Catamarca, el 13 de enero de 1796, de un hijo de éstos, don Santiago Vergara con doña Rosa Rodríguez -Ibid..5, folios 3 vuelta y 4, Ibid.-.
En cuanto a sus bisabuelos maternos, en la información matrimonial levantada en 1787 por José Mariano Duarte (o Ruarte) -que firma claramente como “Duarte” (sic)-, para casar con María Ramona Gutiérrez, consta que era hijo de Lorenzo Duarte y de Pascuala Albarracín y que, la prometida María Ramona, lo era de Luciano Gutiérrez y de María Barroso -Gershani Oviedo, 2005-. Lorenzo Duarte también figura como “Duarte” en la partidas bautismal de su hijo José Mariano -Bautismos 2, folio 15, Catedral Basílica de Catamarca: documento ya mencionado- y cuando dicho vástago se casa con Ramona Gutiérrez; Lorenzo y su esposa Pascuala Albarracín, aparecen fallecidos para 1787 -Matrimonios 2, de Naturales y Castas, folio 104, Catedral Basílica de Catamarca-
Acta de Matrimonio de don José Javier Varela y de doña Micaela (ver nota 3 más arriba) Vergara, abuelos de Felipe Varela
Libro de Matrimonios Nº 2, folio 17, custodiado en el archivo de la Catedral Basílica de Catamarca

SUS TERCEROS ABUELOS:
A esta altura de la pesquisa, nos encontramos con dificultades para hallar la filiación de don Juan Varela, y de su mujer María Quiroga, bisabuelos del caudillo nacido en Valle Viejo.
Seguimos escudriñando archivos y nos topamos con un acta que tal vez sea la punta que devele este misterio: el 12 de abril de 1736, en la Iglesia Matriz de Catamarca, el Alférez Andrés Garay, natural y vecino de esa ciudad, hijo de Gregorio Garay, ya difunto, y de doña Simona Orellana, había sido casado y velado por el Mtro. don Francisco Mercado, con Cecilia Varela, natural de esa jurisdicción, e hija de Simón Varela y de doña Inés de Barrionuevo, ambos difuntos y vecinos que fueron de la ciudad de Catamarca; se encontraban presentes, oficiando de testigos de esta unión: don Pedro Félix de Arias y Juan de Varela, “hermano de la contraiente”; la boda fue apadrinada por: el cap. don Diego de Nieva y Castilla y doña Rosa de Vergara -Bautismos, Matrimonios y Entierros Nº 1, folio 107 vuelta, Catedral Basílica de Catamarca y Jorge A. Vera-Ortiz, 2003: para ese entonces doña Rosa de Vergara, había enviudado dos veces, 1º de don Domingo de Nieva y Castilla y 2º del capitán don Juan Nicolás de Vera y Aragón, en 1730-, todos vecinos de la ciudad. El acta fue firmada por el Doctor Juan Alonso (Moreno) Gordillo -Bautismos, Matrimonios y Entierros Nº 1, folio 62, Catedral Basílica de Catamarca-. En cuanto a doña Inés de Barrionuevo, no dudamos, pertenecía a la antigua familia del Tucumán, Ávila Barrionuevo y posible descendiente del célebre Conquistador Juan Gregorio Bazán.
Arriesgamos que este Juan Varela tiene que ser, en realidad, el esposo de María Quiroga, y por ello, el ya develado por nosotros bisabuelo de Felipe Varela, y que su padre haya sido Simón Varela, ya que Juan figura en el acta: hermano de la contrayente Cecilia Varela, por ello, ambos hijos de Simón Varela. Si bien esto es una hipótesis, apoyada en hechos circunstanciales, como intervalos generacionales concordantes, se suma a ello las “casualidades” de constar este Juan Varela, hijo de Simón, obsérvese que también parece significativa la aparición del nombre “Simón” en la partida bautismal del padre de Felipe, don Javier Varela, cuyo nombre de pila completo era, según vimos, don José Javier “Simón”, como reza en su acta bautismal ya mencionada, y asimismo no obedece este nombre al Santoral Cristiano de los días en que nació o fue bautizado. Bien pudo, el padre de este último haber colocado a su hijo, como 3er. prenombre “Simón”, en memoria de su propio abuelo paterno. Insistimos en que la filiación de Simón Varela es sólo presunción, más o menos posible y nada más, todavía queda terreno que recorrer y aquí aspiramos a brindar un acercamiento a su genealogía y en donde probamos la genealogía agnaticia hasta el bisabuelo, de que fuera coronel Felipe Varela. Pero por otra parte, Simón Varela es el único personaje de la época y en esa generación que aparece en Catamarca con ese nombre Apellido, lo que representa otro indicio que lo hace antepasado de nuestro Felipe (ver más adelante).
SUS CUARTOS ABUELOS:
Asimismo, Simón Varela, era hijo de Diego de Varela o Diego Pinto de Varela y de la tucumana Ana Romero, (Gershani Oviedo, 2005, quien nos dice que Simón Varela es el único de este apellido que tiene de la época en su base de datos, coincidiendo con nuestras anotaciones). El matrimonio Varela-Romero crea una rama que puebla una parte e la margen derecha del Río del Valle que tomó el nombre de Banda de Varela (Gaspar H. Guzmán, 1979).
No tenemos otros datos sobre Diego de Varela, sabemos que fue hermano, entre otros, de Baltasar Pinto de Varela (1º de este nombre), Alcalde de la Santa Hermandad en 1687, quien había casado con Petronila Maidana, perteneciente a familia de fundadores, bisnieta de don Pedro de Maidana (Gaspar H. Guzmán, 1979), vecino fundador de La Rioja, primer encomendero de Motimogasta (1591), hoy San Isidro, Valle Viejo, fallecido en 1630 (Olmos, 1957). Asimismo este capitán Baltasar Pinto de Varela se avecina en Huaycama y compra una parte de la estancia Lampazo, que se llamó durante mucho tiempo ”Los Varelas” (Gaspar H. Guzmán, 1985). Con este, no cabe duda, ventajoso casamiento, Pinto de Varela (1º) se convierte en vecino feudatario de la ciudad con tierras en Las Chacras y una estancia llamada de Motegasta, aumentando con ello su rango social y también sus posesiones (Bazán-Guzmán y otros, 1975). Hijo de Baltasar (1º) era Baltasar Pinto de Varela (2º de este nombre) o Baltasar Varela, como se verá más adelante-, personaje que casa con doña Simona Rodríguez, ya que consta la existencia de este matrimonio en el acta en que fue asentada, el 12 de diciembre de 1726, la boda de José Guzmán con Inés Varela, viuda e hija legítima de Baltasar Pinto de Varela y de doña Simona Rodríguez; fueron padrinos: don José de Pinto (de Varela) e Ignacia Barrionuevo, su mujer -Matrimonios, folio 46, Catedral Basílica de Catamarca-. Aquí cabe hacer notar que los padrinos: don José de Pinto de Varela y su mujer, Ignacia Barrionuevo, son los mismos citados más arriba, supuestos padres del abuelo de Felipe Varela, y que ya probamos no fue así.
Según Gaspar H. Guzmán, Baltasar Pinto de Varela, (2º), fue casado con Francisca de Iriarte, hija del poblador de la merced de Piedra Blanca, y, de acuerdo a los autores de “Felipe Varela. Su Historia”, del matrimonio Pinto de Varela-Iriarte, viene Felipe Varela. Es posible que este Baltasar (2º), además del matrimonio cuya existencia fue probada por nosotros, haya tenido otro con la dama mencionada por el historiador catamarqueño. Aunque no lo descartamos, no compartimos la opinión con estos distinguidos historiadores en lo que respecta a que es Baltasar Pinto de Varela (2º) antepasado de Felipe Varela.
SUS QUINTOS ABUELOS:
Siguiendo a Guzmán, don Diego Varela (o Pinto de Varela) , era hijo, a su vez, de Gregorio de Varela, casado con doña Francisca Pinto -Gaspar H. Guzmán, 1985-, quien era viuda en 1664, residente en una chacra de Polco, Valle Viejo, y arrendataria de las sobras de aguas de la acequia de Piedra Blanca, y, en la fundación de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca en 1683, se encuentran presentes, como vecinos fundadores, tres de sus hijos: Juan, Esteban y Baltasar Pinto de Varela (1º).
Es de poner de relieve que hermano de Gregorio, fue el Sgto. Mayor Esteban de Varela, casado con doña Cecilia Acosta, quien también puebla, por 1689, la banda derecha del Río del Valle, llamada “Banda de los Varela”-que aun hoy conserva ese nombre originado en esta familia, y que es uno de los distritos de la ciudad de San Fernando de Catamarca-; ambos hermanos, son asiento del linaje Varela en Catamarca. De esta manera, sabemos que los primeros Varela de esta familia que se encuentran en archivos catamarqueños, datan de mediados del siglo XVII, siendo los citados los más antiguos de este apellido en Catamarca (Vera-Ortiz, 2005).
G E N E A L O G Í A   A G N A T I C I A   d e   F E L I P E V A R E L A (sinópsis).
1-Gregorio de Varela c.c. Francisca Pintos (ella enviuda en 1664). Con su hermano, el Sgto. Mayor Esteban de Varela, son asiento del linaje Varela en Catamarca. En la fundación de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca en 1683, se encuentran presentes como vecinos fundadores, tres de sus hijos: Juan, Esteban y Baltasar. Padres de:
2-Diego Pinto de Varela c.c. Ana Romero. Crean una rama avecindada en lo que luego se llamó “Banda de los Varela”. Padres de:
3-Simón Varela c.c. Inés de Barrionuevo. Fallecidos antes de 1737. Seguramente
padres de:
4-Juan Varela c.c. María Quiroga. Padres de:
5-José Javier Varela. F. en 1817. En 1784 c.c. Ana María Micaela Vergara, hija de Alonso Vergara y de Francisca Córdoba. Padres de:
6-José Javier Simón Varela (Javier Varela). Caudillo federal, integró en 1814 las filas
7-de Granadero a Caballo de San Martín. N. 1793. En 1820 c.c María Isabel Ruarte o Rubiano, hija de Mariano Ruarte (Duarte o Rubiano) y de María Ramona Gutiérrez.
Padres de:
8-JUAN FELIPE VARELA. Coronel. Estanciero. Último caudillo federal de la montonera.
Nacido en Huaycama, Valle Viejo, Catamarca, el 11 de mayo de 1821 (ver en su lugar más arriba) y fallecido en Nantoco, Copiacó, Chile, el 4 de junio de 1870. Sucesor de Ángel Vicente Peñaloza apodado “El Chacho”, y líder del alzamiento de las provincias andinas contra el gobierno de Mitre. En 1866, en su célebre “Manifiesto” lanzado en Jáchal, postuló el retorno a la Constitución de 1853, sin las reformas introducidas por Buenos Aires y pregonando la paz con el Paraguay. C.c. Trinidad Castillo, hija del comandante riojano Pedro Pascual Castillo.Hijos ente otros:
a)Isora;
b)Elmira Bernarda;
c)Javier Varela.
 Felipe Varela en 1867, con atuendo militar: junto al coronel mendocino Juan de Dios Videla, leyendo una proclama, quien comandó la llamada revolución de “Los Colorados”. Francisco Centeno en “Virutas Históricas”, describe a Varela así: “Varela era de estatura alta y bizarra; su faz fina, muy enjuto de carnes como todo criollo puro, criado sobre caballo ….. “, “ ….. usaba barba sin pera, largas patillas a la española, ya canosa, de pómulos sobresalientes y de ojos de mirar fuerte como las aves de rapiña.”

CONCLUSIÓN:
Al presente, hemos documentado la genealogía agnaticia del caudillo federal Felipe Varela hasta sus bisabuelos, con lo que queda poco en pie de las genealogías anteriores. A partir de la generación de sus terceros abuelos paternos se produce un bache, y aquí exponemos nuestra hipótesis (materia a seguir investigando) y se retoma su linaje desde de sus 4os. abuelos hasta el primero de la familia de ese apellido en Catamarca.
 Daguerrotipo realizado en San Juan el mismo día que el anterior. Vale decir que en el mismo escenario se obtuvo más de una imagen del caudillo.
La existencia, fecha y contenido de la partida de nacimiento del caudillo, salió a la luz por primera vez, como resultado de nuestras investigaciones, en el Boletín ya citado del Instituto Argentino de Ciencias genealógicas en el año 2005. Con dicha divulgación sabemos con certeza que nació en 1821, en Valle Viejo, Catamarca, Argentina, y hasta podríamos agregar que conocemos ahora hasta su mes y día de nacimiento: 11 de mayo, festividad de San Felipe.
Hemos dado a conocer con los instrumentos documentales citados que corría por sus venas la sangre Calchaquí, y pensamos que tal vez la condición de su familia materna haya determinado no pocos acontecimientos en su destino de Jefe andino, pero sería imperdonable olvidar la evidente influencia de su padre signada sobre él, quien vimos fue un importante caudillo federal dentro del terruño catamarqueño.
Se desprende de esta genealogía que el linaje paterno del caudillo federal, pertenecía a familias expectables y de relieve de Catamarca, si bien no perecen ser de las más antiguas -más o menos 1650-, fueron vecinos fundadores en 1683 de San Fernando del Valle de Catamarca. Por su actuación, y por la de las gentes con que se vincularon, fueron personas de pro que realizaron poblamientos que sobreviven hasta nuestros días, ejemplificados en la llamada “Banda de los Varelas”.

Felipe Varela, vestido de levita (año 1860) (Pablo José Loumagne, Catamarca de Antaño –       Fotografías, 1845-1935, Catamarca, 2002).

Tal vez ocurra en Felipe Varela algo similar a otros caudillos argentinos como lo fueron, por citar algunos, Peñaloza, Quiroga o Ramírez en que sus familias provenían de gente de arraigo en el suelo en que les tocó ver la luz y en el que comenzaron, al igual que Varela, a trazar parte importante de la historia de nuestra Patria.
Felipe Varela sentado a la izquierda y cuatro jefes de su estado mayor («Gran Enciclopedia Argentina». Autor: Diego Abad de Santillán, Buenos Aires, 1966).
Nota 1: Con motivo del último gran combate de las guerras civiles argentinas, cantado por los sobrevivientes, nació la célebre “Zamba de Vargas”, la zamba más antigua de la que se tenga registro musical, «madre de todas las zambas» de nuestro país. De acuerdo a la tradición oral riojana y catamarqueña, en una de sus estrofas dice: “… ¡Lanzas contra fusiles! …”, haciendo alusión a las diferencias en equipamiento de armas entre el ejercito de Varela y el de Taboada, y que terminarían por inclinar el enfrentamiento a favor de las tropas del último: “… .Otra cosa sería armas iguales!, termina la letra de la primera zamba Argentina.
Nota 2: Se trata de sus tíos: doña María Gregoria Agüero y Vergara, mujer de don José Santos de Nieva y Castilla (y Herrera Ponce de Córdoba) y sus hijas, doña María Isidora Nieva y Castilla y de doña María Loreto de Nieva y Castilla, primas hermanas de Felipe (datos suministrados gentilmente por Marcelo Gershani Oviedo, 2005).
Nota 3: Micaela Vergara (o Ana María Micaela Vergara) y Marcela Vergara son una misma persona. Así hemos visto que José Varela (tío de Felipe) era hijo legítimo de Javier Varela y de Micaela Vergara, hija a su vez de Alonso Vergara y de Francisca Córdoba -Bautismos 4, folio 75, Catedral Basílica de Catamarca-. En la acta de casamiento de José Javier Varela (abuelo de Felipe), con «Marcela» (sic) Vergara, esta figura hija legítima de Alonso Vergara y Francisca Córdoba -Matrimonios 2, folio 17, Catedral Basílica de Catamarca-. Esto nos llevó a pensar que si doña Micaela y doña Marcela fueran dos personas diferentes, y hermanas por ser hijas de los mismos padres, ambas mujeres estaban casadas al mismo tiempo con el mismo hombre, don Javier Varela: ¿bígamo, con dos hermanas?: lo cual nos parece absurdo, por ello se puede concluir que Marcela y Micaela son una misma mujer, y en donde el nombre que se repite en las partidas sacramentales invariablemente es el de Micaela (o Ana María Micaela).
PRINCIPALES FUENTES CONSULTADAS:
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– ARCHIVO HISTÓRICO DE CATAMARCA: Museo y Archivo Histórico de Catamarca.
– ARCHIVO DE LA CATEDRAL BASÍLICA DE CATAMARCA.
– ARCHIVO DEL OBISPADO DE CATAMARCA.
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– ANDRADA DE BOSCH, Elsa, Hallazgos de Investigación, Córdoba, 2004.
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– BOSCH, Beatriz, Urquiza y el levantamiento de Felipe Varela, en Boletín de la Academia Nacional de la Historia , Buenos Aires, 1967.
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– CUTOLO, Vicente Osvaldo, Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, Tomo VII, Buenos Aires, 1985.
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