El Burgo de Osma , declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Conjunto Histórico Artístico por Decreto 147/1993, de 24 de Junio, de la Junta de Castilla y León, ha sido como todos nuestros lectores ya saben, la sede de nuestra última Asamblea. Por ese motivo nos gustaría “ponerle cara”, y así nuestros miembros más alejados geográficamente, puedan conocerlo y entender la auténtica dimensión de un marco incomparable.
La primitiva ciudad arévaca de Uxama tuvo su asentamiento en el Cerro Castro, a muy poca distancia de la actual población de El Burgo de Osma, y allí permaneció durante la dominación romana. Esta ciudad celtíbera, de sustrato étnico arévaco, fue anexionada por Roma en el 99 a. C, siendo colonizada y repoblada por los conquistadores hasta las invasiones bárbaras de Hispania en el 409 d. C. En época visigoda mutó su nombre por el de Oxoma u Osoma, a la par que le era reconocida su importancia al ser encumbrada al rango de sede episcopal en el año 597. La invasión musulmana también caracterizó esta próspera ciudad a la que sus conquistadores llamaron Waxsima.
Durante el siglo X, la Osma cristiana altomedieval sufre las mismas vicisitudes bélicas que las vecinas plazas fuertes de Gormaz y San Esteban, siendo repoblada en 912 d. C. y pasando con frecuente alternancia de unas a otras manos, para acabar definitivamente en las cristianas en 1002. De este periodo, el evento bélico más decisivo ligado a esta Villa fue la Batalla de Osma en 939, en la cual las huestes cristianas dirigidas por el Rey Ramiro II de León y el Conde de Castilla Fernán González, derrotaron por completo al Califa Abderramán III, produciéndose un punto de inflexión en las guerras fronterizas. A unos 20 kilómetros al este de El Burgo se libró la legendaria, y para algunos mítica, Batalla de Calatañazor en el año 1000, donde el caudillo Almanzor fue vencido por primera vez por una coalición de castellanos, leoneses y navarros, y contrajo la enfermedad (se especula con el tifus) que le llevaría a morir dos años después en Medinaceli, sumiendo al Califato de Andalusí en el caos por motivo de desavenencias sobre su sucesión. A partir de entonces y progresivamente, la población fue abandonando el cerro del castillo y se trasladó al llano, ocupando el lugar de la actual población de Osma, en la orilla derecha del Ucero.

Castillo y Puente Romano.
Restaurada la diócesis, Pedro de Bourges (San Pedro de Osma) es nombrado obispo de la misma, ocupando la sede entre los años 1101 y 1109. A él se atribuye la construcción de la primitiva catedral románica sobre la base de un antiguo templo visigodo dedicado a San Miguel, cuyos restos se encontraban en el burgo, establecido en el llano de la otra margen, la izquierda, del río Ucero. Desde este momento, se produjo en el pequeño núcleo burgués una rápida transformación urbana en detrimento de Osma, alcanzando entidad jurídica independiente de ella por privilegio de Alfonso VIII, constituyéndose en la villa de El Burgo de Osma.

Vista de la fachada del Palacio Episcipal desde los soportales de la Calle Mayor.
El prelado oxomense Juan Domínguez, que ocupó la silla episcopal entre los años 1231 y 1240, ordenó la demolición de la catedral románica, obsoleta a su entender en tamaño y calidad, para reedificarla bajo los cánones estilísticos del novedoso gótico, siendo terminada la actual estructura bajo el Obispo Bermúdez en 1361. Otro mitrado, Pedro de Montoya, dotaría a la villa en el siglo XV de las murallas que hoy contemplamos, así como también repararía las defensas del castillo en 1460. Durante el siglo XV, y hasta la secularización (Desamortización de Mendizábal) de 1836, se afianza el dominio de la Iglesia sobre la Villa, que se convierte en tierra de propiedad eclesiástica durante siglos, siendo el diácono Bernabé (1331–1351) el primer Señor-Obispo que gobierna con plena autonomía, lo cual proporcionará una gran prosperidad a la población al permanecer ajena a las grandes convulsiones políticas españolas hasta el siglo XIX. Otros grandes obispos en la historia de la Villa fueron el mencionado P. Montoya, Pedro Acosta, instaurador en 1541 de la Universidad de Santa Catalina en el auge de la población burgense, y Antonio Calderón quien edificó la actual Casa Consistorial y el trazado urbano definitivo reubicando la plaza mayor en 1766.

Catedral.
La Catedral auspició la creación de su plaza (espacio urbano con rincones de un interés extraordinario, donde se pueden apreciar los característicos soportales) y del entramado medieval, de calles irregulares y decrecimiento espontáneo. La primera, como hemos comentado,  de estilo románico no tardó mucho en ser demolida y dejar paso a un templo de estilo gótico.De época renacentista cabe destacar la entrada de la capilla de San Pedro con monumental escalinata, la capilla de Santiago y alguna portada del claustro. Del barroco hay que destacar la monumental torre, obra de José de la Calle y remate de Juan de Sagarbinaga, que señorea el perfil urbano y es el símbolo más significativo de El Burgo de Osma. Barrocas son algunas capillas así como la mayor parte de los retablos. La más importante ampliación llevada a cabo en la Catedral se realizó en el siglo XVIII: sacristía mayor, capilla de Palafox, girola y otras dependencias construidas en época de Carlos III, con el objetivo principal de dotar al templo de unos espacios dignos con motivo de la prevista beatificación de Juan de Palafox. Las trazas fueron de Juan de Villanueva. Sabatini intervino en la conclusión de la capilla palafoxiana.

Monumental Escalinata de San Pedro de Osma.
En la calle Mayor, cerca de la Catedral, se encuentra la residencia del prelado oxomense, el Palacio Episcopal, al que se accede por una interesante portada tardogótica, encuadrada por un alfiz de recuerdo musulmán, en medio de una amplia fachada de mampostería.
La muralla encierra el núcleo medieval burgense. Fue levantada por el obispo Pedro de Montoya en el siglo XV. Es de mampostería de cal y canto con sillares en los ángulos que sirven de refuerzo y está coronada de almenas. De las varias puertas que en ella se abrieron, sólo se conserva la de San Miguel.

Una vista de los muros de El Burgo de Osma.
Fuera de las murallas se construyeron varios edificios, como la Universidad de Santa Catalina, erigida al norte de la población a mediados del siglo XVI gracias al gran mecenas que fue el obispo Pedro Alvarez D’Acosta. Es un noble edificio de planta cuadrada en el que, además del precioso patio, destaca su portada, presidida por la escultura de Santa Catalina, de la que el obispo portugués se creía descendiente, por lo que en su escudo, junto a las famosas costillas, figura la rueda del martirio alusiva a la santa de Alejandría. 

Detalle de la fachada de la antigua Universidad, donde observamos las armas del Obispo Pedro Álvarez D´Acosta.

Se edificó también fuera del espacio amurallado el Convento del Carmen, concluido a principios del siglo XVII. La iglesia del Convento responde fielmente al tipo carmelitano. La fachada de la iglesia, que combina sugestivamente piedra y ladrillo, es lo más interesante del exterior.

Antigua Universidad de Santa Catalina, hoy convertida en establecimiento hostelero.
El obispo Sebastián de Arévalo y Torres fue quien patrocinó la construcción,entre 1694 y 1701, del Hospital de San Agustín, edificio de planta cuadrada con patio central. La fachada es la parte más interesante del edificio: sigue el modelo de palacio Casa de Austria, de tipo alcázar, con dos torres achapiteladas que flanquean el rectangular cuerpo central. En la actualidad el edificio está destinado a Centro Cultural.

Fachada del Hospital de San Agustín.
El Hospital fue trascendental para el futuro de El Burgo pues dio la pauta para la ampliación y creación de nuevos espacios urbanos en la villa durante el siglo XVIII, de los que el más importante es la plaza Mayor. El edificio se convirtió en referencia de ubicación, de tamaño y de tipología del espacio urbano del que hoy forma parte: la Plaza Mayor, cuyos tramos perimetrales son, además del Hospital, flancos de viviendas y, frontero al edificio hospitalario, el Ayuntamiento. La Plaza Mayor es un espacio urbano preconcebido (diseñado por el arquitecto Angel Vicente Ubón), de trazado regular y arquitectura uniforme, claramente diferenciado del orgánico núcleo medieval.

Una vista de la Plaza Mayor, con el Ayuntamiento a la Derecha.
Poco tiempo después de que se construyeran las importantes obras neoclásicas de la Catedral, ya mencionadas, durante el tiempo en el que fue confesor del rey Carlos III y luego obispo de Osma Fr. Joaquín de Eleta, se edificaron el Seminario, gracias a su directo patronazgo, y el Hospicio, de patronato real. Ambos edificios fueron obra de Luis Bernasconi, ayudante de Sabatini.
El castillo de Osma está situado en un cerro sito en la margen izquierda del río Ucero. La estructura del castillo es de triple recinto, si bien los dos más próximos al río prácticamente han desaparecido. En sus muros se pueden contemplar piedras procedentes de Uxama. El recinto exterior y la torre del agua, que avanza cerca del puente hasta el borde del camino, se construyeron en la segunda mitad del siglo XV, en tiempos del obispo Montoya.
Una hermosa Villa medieval, que ganó a los miembros de esta Casa Troncal por su monumentalidad, su gastronomía y amabilidad de sus gentes. Un marco incomparable para nuestra Asamblea Anual de 2011.