Subimos hoy a nuestro Blog otro interesante artículo del Dr. D.José María de Montells y Galán, no exento de polémica y que seguro que no dejará indiferente a los lectores y amigos.
Por nuestra parte, además de repetir que la responsabilidad de los textos publicados corresponde exclusivamente a sus autores, nos gustaría recordar que, en los años que trata el artículo del Sr. Montells, no sólo se consideraban con derecho a discernir el Toisón de Oro Don Juan y Don Jaime de Borbón, sino también Don Javier de Borbón Parma por la rama carlista (su hijo Don Carlos Hugo lucía al cuello el vellocino de oro el día de su matrimonio el 29 de abril de 1964).
Al no ser España, entonces, un estado monárquico, no había un único «fons honorum» en lo relativo a esta preciada distinción, estando divididos los monárquicos españoles en lo atinente al derecho a otorgar la misma.
Producida la instauración de la monarquía por la Constitución de 1978, la Orden del Toisón de Oro se convierte en una orden de estado, primera condecoración del derecho premial del Reino de España, siendo concedida por Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I, previa deliberación del Consejo de Ministros, cuyo Presidente asume la responsabilidad política de sus otorgamientos.
Dr.D.José María de Montells y Galán, Heraldo mayor de esta Casa Troncal.
 Me pregunta un amigo si don Francisco de Borbón y Borbón, inolvidable Gran Maestre de la Religión de San Lázaro, fue caballero del Toisón, porque le ha parecido ver que lleva la corbata del Vellocino, en una foto publicada en el último número de Atavis et Armis, el 23, para ser más exactos, y no lo encuentra por más que ha buscado, en la lista de recipiendiarios. Tiene toda la razón, don Francisco no figura como caballero del Toisón en ningún repertorio al uso, ni siquiera en la completísima obra que dirigió hace ya algún tiempo, mi querido amigo don Alfonso Ceballos-Escalera .
Don Francisco de Borbón en la inauguración del castillo de Lanzun, flanquedo por el Príncipe Irakly de Bagration y el Tte. Coronel Gayre y Gayre
¿Cómo, entonces, se explica que lo luciera sin rubor alguno? La contestación es muy simple. Don Francisco, como buen Borbón, tenía una visión familiar o dinástica, si se quiere, del Toisón. Consideraba al Vellocino como territorio propio. Era nieto y bisnieto de caballeros de la Orden, Jefe de la rama Borbón-Sevilla y consideraba contrario a la tradición de su Augusta Familia, que su padre el IV Duque de Sevilla, no hubiera ingresado en la Amigable Compañía, siendo primo de Alfonso XIII y habiendo llegado a Teniente General.
Así que cuando SAR el Príncipe Irakly Bagration de Moukrhani, jefe de la Casa Real de Georgia y Presidente del Consejo Supremo Internacional de la Orden lazarista, su íntimo colaborador y amigo, -que había sido distinguido por don Jaime de Borbón y Battenberg, Duque de Segovia, Jefe legítimo de la Casa Real de Francia, con un Collar del Toisón-, pidió al Infante que discerniera otro vellón para don Francisco, éste no tuvo inconveniente alguno en aceptarlo.
Don Jaime de Borbón y Battenbrg, Duque de Segovia.
Me malicio que para don Francisco, el Infante don Jaime reparaba en él, una injusticia histórica cometida con su propia familia Es de resaltar que al Jefe de la Cristianísima Casa de Francia le importó una higa que don Francisco fungiese de Gran Maestre de la Orden de San Lázaro, lo que viene demostrar una vez más, lo lejos que están de la verdad, los que sostienen la desaparición de la Cruz Verde, por voluntad de los reyes galos. Que conste que don Francisco, de estricta formación militar, no se hubiese puesto la corbata borgoñona, si no considerase que la discernida por el Duque de Segovia era en todo conforme a derecho.
Máxime cuando don Francisco de Borbón estaba muy cercano a don José Romero de Juseu, Marqués de Cárdenas de Montehermoso, Gran Refrendario de San Lázaro, acérrimo partidario de los derechos del Infante a la soberanía de la Insigne Orden. Para nadie es un secreto que don Jaime se consideraba su Jefe Soberano, ya que habiendo renunciado a sus derechos a la Corona española, no había incluido en ellos, la titularidad del Ducado de Borgoña, que lleva anexa esa condición. Esa era, al menos, la tesis de Cárdenas en su libro sobre el Vellocino, que tuvo tanta repercusión en su momento que hasta el propio Generalísimo Franco rechazó el que le ofrecía don Juan, arguyendo que debía pedir información histórica sobre la materia.
Insigne Orden del Toisón de Oro.
Que el Caudillo, por cierto Gran Collar de San Lázaro, estaba convencido de que la Jefatura del Toisón pertenecía al Duque de Segovia se evidenció cuando aceptó el Collar ofrecido por don Jaime, en la ocasión de la boda de su nieta con el hijo del Infante, don Alfonso. Pese a ello, Franco, quizá a ruego del Duque de Cádiz que no deseaba enfrentamiento alguno con su primo don Juan Carlos o por discreción, jamás ostentó las insignias regaladas por don Jaime. Este episodio, poco conocido o manipulado, es objeto frecuente de interpretaciones interesadas: para algunos pseudo-historiadores, Franco se limitó a recibir de manos de don Jaime el collar que le ofrecía, para pasarlo luego a su ayudante, sin lucirlo nunca, por lo que concluyen inexplicablemente que el Generalísimo era consciente de que a don Jaime no le correspondía su Jefatura. De ser así, Franco habría rechazado la concesión, sin titubear lo más mínimo. Como hizo con el que deseaba otorgarle don Juan.
El Toisón borgoñón de don Jaime no fue el primer collar dinástico que le ofrecieron y aceptase. El Generalísimo recibió el Collar de la Orden de San Carlos Borromeo de manos del pretendiente carlista, el Archiduque don Carlos de Habsburgo-Lorena y Borbón (Carlos VIII para sus partidarios) en 1952, sin que se lo pusiese nunca. Tengo para mí que Franco como buen católico, prefirió siempre llevar sobre cualquier otra condecoración, el Collar de la Orden Suprema de Cristo concedido por S. S. el Papa Pío XII en 1953 (la más alta distinción honorífica de la Santa Sede a un católico) y naturalmente, la Gran Cruz de la Laureada de San Fernando. Nada más y nada menos.



Fotografía del Gral. Franco,  con dedicatoria a la Orden de San Lázaro.



Ahora que está de moda denigrar al anterior Jefe del Estado, todos silencian que al término de la contienda civil, Franco como Regente del Reino y siguiendo el ejemplo de Espartero (en la minoridad de Isabel II) o del Duque de la Torre, hubiera podido reclamar para sí la soberanía del Toisón sin que nadie hubiese puesto la menor pega. No lo hizo y el Caudillo, prefirió considerar a la caballería del Vellocino, con buen criterio a mi entender, como Orden privativa de la dinastía, sin interferir en sus concesiones.
De manera que, volviendo al principio, la corbata del Toisón que lleva al cuello don Francisco de Borbón y Borbón, en la fotografía de marras, es la insignia del Collar que le otorgase SAR el Infante don Jaime de Borbón, Duque de Segovia y de Anjou, como titular del Ducado de Borgoña. Equivocadamente o no, que esa es harina de otro costal.