Por José María de Montells y Galán, Heraldo Mayor esta Casa Troncal.
Escribí hace poco y aquí se publicó, una crónica apresurada de los acontecimientos que viví en Lisboa el pasado 25 de septiembre con relación a la entrega del título de conde a Don Nikolaos Andriopoulos, por la voluntad soberana SM el Rey Kigeli V de Ruanda, hecho muy relevante para los que nos interesamos por estas cosas, porque no es habitual ni frecuente que el ejercicio del Fons Honorum que asiste a los Jefes de Casas Reales, se produzca con luz y taquígrafos y en presencia de otros príncipes que dieron fe con su asistencia a la legitimidad del acto que allí nos reunía.
Me reservé, eso sí, lo que ocurrió al día siguiente, el día 26 de Septiembre, en la capilla del Hotel Pestana Palace de Lisboa (antiguo palacio del Marqués de Val Flor) donde tuvo lugar una misa oficiada por el Obispo Emérito de Sao Tomé e Príncipe, Excmo. y Rvdmo. Sr. don Abilio Rodas de Sousa Ribas, Gran Prior Espiritual del Gran Priorato luso de la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén y presidida por el Excmo. Sr. Mayor Silva Duarte, Gran Prior de Portugal, y mi modesta asistencia en representación de don Carlos Gereda de Borbón, Marqués de Almazán, Gran Maestre del Hospital lazarista, para acto seguido, realizar la entrega de la Gran Cruz de Mérito de la Orden, a los Señores Andriopoulos y Kottis y la Medalla de Honor del Gran Priorato de España en su categoría de Oro, al Barón Breidel Hadjidemetriou, en presencia de SAR don David Bagration, Jefe de la Casa Real de Georgia; SAIR el Archiduque de Austria, don Andrés Salvador de Austria-Toscana, Príncipe de Bohemia y Hungría; SAR el Infante don Miguel de Portugal, Duque de Viseu, Gran Cruz de Justicia de la Orden lazarista y SAI el Príncipe Ermías Selassie, Presidente del Consejo de la Corona de Etiopía.
A esta ceremonia religiosa no asistió, por razones obvias, SAR el Príncipe Osman Rifat Ibrahim, de la Casa Imperial de Turquía y Real de Egipto, que luego nos acompañó en el almuerzo de gala con el que se cerraron los actos. A los que empecinadamente siguen calificando a la Orden de San Lázaro como caballería ficticia, sería bueno recordarles que príncipes como los citados no regalan su presencia en actos dudosos o confusos. Y que los que allí estuvieron sancionaron muy conscientemente la autenticidad de la Orden.
Es de destacar asimismo la asistencia de los caballeros lazaristas, Francisco Fonseca da Silva, Marqués de Ervededo, don Abel Lacerda Botelho, Conde de Ribadouro, el extraordinario poeta y querido amigo Ulisses Rolim, Conde de Rolim y de Reigada y Antonio de Sousa Lara, Conde de Guedes, Gran Prior Emérito del Gran Priorato luso del Hospital y la Milicia de los pobres leprosos. El Gran Priorato de Portugal igualmente otorgó su Medalla de Mérito a los tres homenajeados, amén de distinguir con otra Medalla de Mérito a Sousa Lara, en reconocimiento a sus años de Gran Prior. La Medalla de Mérito es la máxima condecoración que discierne la jurisdicción portuguesa y se otorga en muy raras ocasiones.
De los demás invitados al acto lazarista, conviene subrayar a doña Mary Loli Ojeda de de Las Heras, por la Casa Troncal; al Conde de Río Grande, al Marqués de Sao Vítor, al Marqués de la Floresta y muchos otros caballeros y damas, que harían interminable la lista.
Resaltar la perfecta organización y el buen hacer del mayor don José Augusto de Silva Duarte, Gran Prior de Portugal, resulta ocioso, ya que ha dado muestras sobradas de su dedicación ejemplar a la Orden y a todo lo que representa su exaltación y brillantez. En esta ocasión, el acto lazarista ha estado a la altura de las grandes ocasiones.
En resumen y para terminar, un brillantísimo acto social, que reunió en Lisboa a grandes personalidades europeas del mundo nobiliario; solemne, magistral y magníficamente organizado por la denostada y con frecuencia incomprendida, Orden de San Lázaro de Jerusalén.