Pocas tradiciones perviven a lo largo de los siglos con la intensidad que lo ha hecho la comunidad mozárabe de Toledo. Quizás la única de origen religioso que permanece viva y mantiene su liturgia, de origen hispano-godo, desde que estas tierras estuviesen bajo dominación árabe.
Los mozárabes, antiguos pobladores de la Península Ibérica que, durante la dominación islámica se arabizaron, mantuvieron a pesar de la conquista su fe cristiana, sus iglesias y las costumbres de sus mayores, agrupándose en parroquias personales, como Santa Justa y Rufina, San Marcos, San Lucas, Santa Eulalia, San Sebastián y San Torcuato, incluso después de la Reconquista, situando en Toledo una especie de sede y lugar de referencia para no perder su identidad.
Alfonso VI , el día 19 de marzo de 1101, para conmemorar la reconquista de Toledo , otorga fuero a los mozárabes de esa ciudad, concediéndoles diversos privilegios, entre ellos el de ingresar en el estamento de Caballeros. Este fuero fue confirmado posteriormente por diversos Reyes de Castilla e incluso por los Reyes Católicos.
El Cardenal D. Luis María de Borbón , el 29 de enero de 1.815, dictó normas complementarias sobre el concepto mozárabe.
Fue al caer estas disposiciones en desuso cuando gracias a la iniciativa del Letrado Don José Antonio Dávila, se creó la Hermandad de Caballeros Mozárabes, como entidad jurídica y canónica que pudiera representar adecuadamente a la única comunidad histórico-litúrgica de vínculos genealógicos que sobreviven en occidente.
Forman parte de la misma, por derecho, las familias mozárabes de ascendencia toledana, probando linaje por medio de la documentación obrante en las dos parroquias de rito mozárabe existentes en Toledo , de las seis que históricamente había, como es el caso de la de “San Marcos y Santa Eulalia” y “Santa Justa y Rufina”.
Se Gobierna por un Cabildo que preside el Hermano Mayor, según queda patente en las nuevas Constituciones aprobadas el 1 de Diciembre de 1999.
La Hermandad está desarrollando una impresionante labor de preservación y difusión de la cultura, la religión, la genealogía y el arte , así como de las costumbres mozárabes.
Sus miembros usan manto de paño azul oscuro y birrete de igual color con una borla dorada en su parte superior.
Las Damas visten traje negro, mantilla mantilla negra con peinetas y guantes negros.
De los Caballeros pende como venera el águila bicéfala símbolo de la ciudad de Toledo, y de las Damas la Cruz de Alfonso VI que ahora describiremos.
La Hermandad usa como empresa y símbolo una cruz mozárabe, de las llamada de Alfonso VI, de color blanco y de doce puntas, tres en cada brazo. Toda la cruz cantonada en oro. En el centro resalta un círculo con el antiguo blasón de la Ciudad Imperial ( en campo de azur una corona imperial de oro con forro de gules.
Esta Corporación nobiliaria cuenta con una rama cultural y dedicada a la investigación denominada Instituto de Estudios Visigóticos de Toledo.