Con un texto de la autoría del Presidente de la Diputación de esta Casa Troncal, el Dr.D. Francisco M. de las Heras y Borrero, dedicamos la entrada de hoy a esta antigua orden de caballería, menos conocida en España que otras de su misma época, tal vez por la inexistencia, a nuestro conocimiento, de caballeros españoles.

El origen de esta orden data de 1128 cuando un rico comerciante alemán fundó en Jerusalén un hospital. Posteriormente, el Duque Federico de Suabia erige esta asociación hospitalaria en orden militar y religiosa, siguiendo el modelo de los Templarios y de los Hospitalarios de San Juan. Es autorizada por Carta del Papa Clemente III de 19 de Noviembre de 1190, confirmada por Bula de 6 de Febrero de 1191. En 1198 se transforma en orden ecuestre y militar con el acuerdo del Papa Inocencio II, reclutando sus miembros entre la nobleza alemana y exigiendo los 3 votos monásticos.
En un principio la casa madre se instala en Acre, siendo su primer Gran Maestre Heinrich Waldbot. Posteriormente, abandona San Juan de Acre (1291), tras la desaparición del Reino Latino de Jerusalén, y después de una breve estancia en Venecia, el magisterio fija su sede en Marienburg.
Los Caballeros Teutónicos combatieron en Transilvania, y conquistaron Prusia. Esta conquista, a la que se llamó cruzada, fue iniciada en 1229 y no acabó verdaderamente hasta 1309.
El siglo XIV fue la época de máximo esplendor del primer Estado prusiano formado por los teutónicos. En este periodo la historia de Prusia fue la de los caballeros teutónicos.
La potencia y hegemonía de la Orden comienza a descender a partir de la derrota, a manos polacas, de la batalla de Tannenberg, acaecida el 15 de Julio de 1410. La firma del Tratado de Thorn (19 de Octubre de 1466) sella su ruina definitiva. A partir de este momento, el principado teocrático de la Orden continúa debilitándose. La Reforma a la que se convirtieron la mayoría de los caballeros, no hace sino acrecentar esta decadencia. La Orden se perpetúa solamente en Alemania, fijando su sede magistral en Mergentheim. En pleno declive se consagra a la administración de los bienes que le quedaban hasta los albores del siglo XIX.

En 1805, el Tratado de Presbourg acuerda el derecho del Emperador de Austria de designar un príncipe de su familia para el cargo de Gran Maestre. En 1809, Napoleón decreta la abolición de la Orden, pero en 1834, el emperador Francisco José I la restablece dándole nuevos estatutos el 28 de Junio de 1840. Desde esta época y hasta 1929, el título de Gran Maestre recae en un archiduque de Austria. La actividad de la Orden (que permanece eclesiástica, católica y aristocrática) se centra esencialmente en este nuevo periodo en las obras hospitalarias y, más tarde, también en la enseñanza.

Como consecuencia de los estrechos lazos entre la Orden y la Casa de Habsburgo, el hundimiento del Imperio Austro-húngaro hubiera acarreado unas consecuencias fatales para la misma, si no es por la intervención de Pío XI, quien en 1929 aprueba unos nuevos textos, transformándola en orden religiosa, en el seno de la cual no serian nombrados nuevos caballeros.
Hoy día la Orden Teutónica es una orden estrictamente religiosa, católica y romana. Está dirigida por el Hochmeister, Gran Maestre, que tiene rango de abad mitrado, el cual es asistido de un Consejo. Su sede central está en Viena. Todos los antiguos títulos han sido suprimidos, a excepción del de Hochmeister, cargo que ostenta en la actualidad el Dr. Bruno Plater.

Los miembros de la Orden pueden cifrarse en un centenar de religiosos y cerca de 350 religiosas, pronunciando los tres votos monacales. Los religiosos tienen acceso al sacerdocio. La Orden se divide en 3 provincias dirigidas cada una por un prior. Tienen casas distribuidas en 4 países: Austria, Alemania, Italia y Bélgica.
Pablo VI restableció en 1965 la rama laica de los «Familiares» (de origen medieval), retomando los laicos sus actividades en el seno de la Orden.
La antigua Orden de Santa María de los Teutónicos sigue su andadura en la actualidad, regida y reconocida por la Santa Sede como orden religiosa, revestida de las connotaciones y atributos de su pasado caballeresco.

La UNESCO ha declarado en 1997 alcastillo de la Orden Teutónica en Malbork Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Aunque en una época histórica fue soberana y verdadero estado territorial, no conservó esta condición, habiendo sufrido una evolución muy diferente a la Orden de Malta (pese a la semejanza de sus orígenes), una vez que ambas perdieron su, llamémosle, «poder terrenal».

Francisco M.de las Heras y Borrero,Presidente de la Diputación de la Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria.