-.Por Luís Pinillos y Lafuente, Solariego de Valdeosera y Caballero de esta Casa Troncal.-
La publicación, en el año 2008, del libro “Valdeosera-El Solar de las Trece Divisas”, no supuso un punto y final a la investigación y búsqueda de información relativa a este Ilustre Solar, supuso en todo caso, un punto y seguido ya que desde entonces, nuevos datos -que tal vez lleguen a formar parte de una segunda edición-, van apareciendo. Entretanto y agradeciendo la invitación ofrecida por el Blog / Doce Linajes de Soria, vaya este adelanto, que habla de un insigne descendiente del Solar de Valdeosera, que llegó a ser Arzobispo de Valencia, su nombre:
Andrés Mayoral y Alonso de Mella.- Conocido como el Arzobispo Mayoral. Nació en Molacillos (Zamora), -una pequeña localidad en Tierra de Campos-, en marzo de 1685 y fue bautizado el 31 de dicho mes. Hijo legítimo de Pedro Mayoral y Catalina Alonso de Mella, natural de Molacillos y descendiente de un hermano del cardenal Mella, obispo que había sido de Zaragoza. Familia acomodada que disfrutaba de la Capellanía perpetua de Nuestra Señora de la Concepción y de las Benditas Ánimas del Purgatorio, de la cual, él mismo sería capellán.
Descendiente, por línea agnaticia del Solar de Valdeosera, Divisa “Regajal”, con el apellido compuesto: García de Mayoral. (Como tantas veces, a un apellido muy generalizado se le añadía un de…, y finalmente desaparecía el patronímico). Hermano de Ambrosio Mayoral, emparentado con la familia San Pedro de Coreses, que fue regidor de Zamora y uno de sus hijos, Andrés Javier José Mayoral fue el primer marqués de Villagodio. Nieto de Antonio Mayoral y Águeda Hernández, natural de Molacillos. Segundo nieto de Antonio Mayoral y Antonia Carranza, natural de Torres (Zamora). Tercer nieto de Martín García Mayoral y Magdalena de Huerta (Martín otorgó testamento en la villa de Hornos de Moncalvillo, La Rioja, en 28-II-1601). Cuarto nieto de Juan García Mayoral, el viejo, y María de Corral (Juan, el viejo, otorgó testamento en la villa de Hornos de Moncalvillo “en extramuros, cerca de la casa del otorgante” en 28-VI-1594). Estudió en la Universidad de Alcalá de Henares. Al finalizar sus estudios ocupó la canonjía magistral de León. Fue canónigo lectoral en Sevilla. Habiéndosele ofrecido los obispados de Barcelona y Ceuta, aceptó este último por ser más pobre y allí permaneció seis años (1731-1737), tiempo que le bastó para reconstruir el Templo Catedral, en cuyas obras invirtió más de mil libras, y restaurar la disciplina, harto relajada, de aquel cabildo y clero.
En 1737 Felipe V lo propuso para el Arzobispado de Valencia, siendo ratificado por el Papa Clemente XII. Tomó posesión el 31 de marzo de 1738, en persona de D. Jerónimo Monzonís, Canónigo de esa Catedral e hizo su entrada en Valencia el 8 de septiembre del mismo año.
Impulsó la creación de centros docentes, como la Casa de Santa Rosa de Lima, el Seminario Andresiano y otros colegios en la ciudad de Valencia, así como la Casa de la Enseñanza de Xátiva. En el barrio del Grao erigió una ermita de la Virgen del Rosario, hoy parroquia, para comodidad de los pescadores.
Las Escuelas Pías, con su magnífico templo, deben al Arzobispo Mayoral gran parte de sus obras, y en ellas fundó el Seminario Andresiano, con dotación suficiente para becas de varios seminaristas pobres.
El actual Museo Catedralicio-Diocesano de Valencia tuvo su partida en el «Museo de Antigüedades» o «Museo Diocesano Valentino», que creó el arzobispo Andrés Mayoral en 1761. Este museo estuvo instalado en el Palacio Arzobispal hasta que desapareció durante la invasión francesa en 1812.
Fundó la biblioteca pública del Palacio Arzobispal, con más de 12.000 volúmenes.
La Academia de Bellas Artes de Valencia, trocada por Carlos III en Real Academia de San Carlos en 14 de febrero de 1768, debe su fundación a la cooperación decidida y apoyo económico del Obispo Mayoral.
Fue benefactor del Hospital General, del Colegio Imperial de Huérfanos de San Vicente Ferrer y de la Casa de la Misericordia donde se llegaron a repartir diariamente más de 4.500 comidas.
A él se le debe la fundación de la Casa Colegio de PP. Agonizantes de San Felipe Neri, que asistían y consolaban a los moribundos en sus domicilios, al igual que lo efectuaban actualmente los Hermanos Camilos. En 1762 dispuso que los libros parroquiales se escribieran en castellano. En los ayuntamientos lo venían haciendo desde muchos años antes.
A sus expensas, encargó la construcción de la iglesia parroquial de su pueblo natal. Un templo de estilo barroco levantino, -de lo más inusual por esas latitudes-, y una espectacular torre. Con exuberante decoración en su interior y, en la fachada principal, una labra en piedra del escudo de armas del Solar de Valdeosera.
Testimonia la liberalidad del Arzobispo Mayoral, el que de las 142.000 libras, renta entonces según tesorería de la Mitra Valentina, sólo se reservase para subvenir a las necesidades de Palacio y familiares, la décima parte, invirtiendo las restantes en obras culturales y benéficas y en construcción y reparación de templos.
Compendia maravillosamente la vida de tan gran Prelado, la inscripción que ostentaba su losa sepulcral, que es como sigue:
«D.O.M. – ANDREAE MAYORAL ZAMORANO – ARCHIEPISCOPO VALENTINO – EX COLEGIO MAYORI COMPLU- TENSI – MERITO SUO CANONICO LEGION. AC HISPAL – INDE AD CENTESEM MOX AD VALENTIN – PONTIFICA – TUM EVECTO – VIRO VIRTUTIBUS SUIS EXEMPLIS AC – PRAECLARIS IN PAUPERUM SOLATIUM ‘MONUMENTIS’ – IMMORTALI: S. ROSA AD PUELLAR ERUDIT. A DIUM MAGNIFIC. – SEMINARI ANDRESIANI: COLLEGIL AC TEMPLI – PATRUM INFIRMIS INISTRANTIUM DOMUS FUNDATORI – PATRONO AC PATRI – GENERALI VALETU- DINARIO ET XENODOCHIO – AUCTIS AEDIBUS ARCHIEPISC. AC RENOVATIS – BIBLIOTECHA PUBLICA CONDITA ATQUE A SE ORNATA – BONARUM ARTIUM S ARCHIEPISCOP. XXXII ANNO – HIC LAPIS AB OSSIBUS ILLUSTRI- BUS – AD HOC PAVIMENTUM MARMORIBUS A SE STRATUM – ET INTER AENEOS CANCELLOS IMPENSIS EIUS STRUCTOS – PASTORI OPTIMO AC DESIDERATISSIMO».
Tiene dedicada una calle en la ciudad de Valencia, donde falleció el 6 de octubre de 1769, cuando contaba 84 años de edad. Fue sepultado al pie del altar mayor. Sus restos se trasladaron, en 1941, al panteón del Cabildo Catedralicio y, posteriormente, pasaron a ocupar un lugar en el altar de la girola de la Catedral.